El papa Francisco convocó este miércoles a líderes religiosos de todo el mundo a luchar contra "el odio, la violencia y el terrorismo", al tiempo que consideró que "el mayor factor de riesgo de nuestro tiempo sigue siendo la pobreza" y llamó a hacer frente a los desafíos de la pandemia, la paz, la acogida fraterna entre humanos y el cuidado del ambiente.
"Lo que les propongo no es sólo un camino para ser más sensibles y solidarios, sino un itinerario de sanación para nuestra sociedad", les dijo el pontífice a los representantes de más de 100 delegaciones presentes en el Palacio de la Independencia de Nur-Sultán, en Kazajistán, a donde llegó el martes para una gira de tres días acompañado por Télam y otros medios a bordo del avión papal.
"Es precisamente la indigencia la que permite que se propaguen las epidemias y otros grandes males que prosperan en el ámbito de las necesidades y las desigualdades. El mayor factor de riesgo de nuestro tiempo sigue siendo la pobreza", planteó Francisco ante líderes como el gran Imán de Al-Azar, Ahmed Al Tayeb, considerado la máxima autoridad del Islam sunita del mundo, o el Gran Rabino David Lau de Israel, entre otras figuras del hinduismo, cristianismo, budismo y organizaciones internacionales.
"Mientras sigan haciendo estragos la desigualdad y las injusticias, no cesarán virus peores que el Covid: los del odio, la violencia y el terrorismo", sentenció el Papa, encargado de abrir el VII Congreso de Líderes de las religiones mundiales y tradicionales.
Francisco pronunció esta frase mientras el Gobierno argentino apunta contra los "discursos de odio" que, sostiene, generaron el ambiente en el que se produjo el atentado fallido contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En la misma línea que el Papa, el presidente, Alberto Fernández, llamó a "construir un amplio consenso contra los discursos del odio y la violencia" durante una reunión que mantuvo en la Casa Rosada con gobernadores, representantes de sectores sindicales, sociales, empresariales y de derechos humanos el día posterior al intento de magnicidio.
La gira del papa Francisco en Kazajistán
En el primer discurso de su segundo día de actividades en suelo kazajo, Jorge Bergoglio mencionó cuatro "desafíos globales" para los que convocó a trabajar al mundo religioso. "La pandemia, entre vulnerabilidad y cuidados, representa el primero de cuatro desafíos globales que quisiera indicar y que llaman a todos, aunque de manera especial a las religiones, a una mayor unidad de propósitos", enfatizó antes de aseverar que la Covid-19 "nos ha puesto a todos en igualdad de condiciones".
"¡Cuántos, todavía hoy, no tienen fácil acceso a las vacunas! Estamos de su parte, no de la parte del que tiene más y da menos", lamentó. Luego, el Papa se refirió a "el desafío de la paz". "No justifiquemos nunca la violencia. No permitamos que lo sagrado sea instrumentalizado por lo que es profano", agregó luego, sin hacer referencias explícitas a la guerra en Ucrania.
"¡Que lo sagrado no sea apoyo del poder y el poder no se apoye en la sacralidad!", reclamó antes de sentenciar que "Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca a la guerra", añadió, y señaló que "después de los desafíos de la pandemia y de la paz, recabamos un tercer desafío, el de la acogida fraterna", antes de lamentar que "cada día bebés por nacer y niños, migrantes y ancianos son descartados" y que "numerosos hermanos y hermanas mueren sacrificados en el altar del lucro, envueltos en el incienso sacrílego de la indiferencia".
Por último, Francisco convocó a las religiones a trabajar en un cuarto desafío, el de la protección del ambiente y la denominada "casa común". "Frente a los cambios climáticos es necesario protegerla, para que no sea sometida a las lógicas de las ganancias, sino preservada para las generaciones futuras", sostuvo.
Con información de Télam