El Papa Francisco condenó el miércoles el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un laico en México, diciendo que era un recordatorio alarmante del nivel de violencia en el país.
"Tantos asesinatos en México", dijo Francisco al final de su audiencia general ante miles de personas en la Plaza de San Pedro.
La fiscalía del estado de Chihuahua, junto a la frontera con Estados Unidos, dijo que tres personas fueron asesinadas en el poblado de Cerocahui después que un hombre se refugiara en una iglesia para protegerse de un ataque.
Dos de ellos eran sacerdotes jesuitas, la misma orden religiosa a la que pertenece el Papa.
"Expreso también mi dolor y conmoción por el asesinato en México, anteayer, de dos hermanos míos religiosos, jesuitas, y de un laico", dijo Francisco.
"Estoy cerca en la oración y el afecto de la comunidad católica golpeada por esta tragedia. Una vez más repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta los episodios de sufrimiento", dijo.
Los cuerpos de los tres fueron llevados por un grupo de hombres en la parte trasera de una camioneta, dijo Luis Gerardo Moro, jefe de los jesuitas en México, en una entrevista radial.
Los dos sacerdotes trabajaban en la iglesia de la pequeña ciudad de la Sierra Tarahumara, hogar del pueblo indígena rarámuri y escenario de la creciente violencia de los cárteles.
Con información de Reuters