El papa Francisco defendió el acuerdo del Vaticano con el gobierno comunista de China sobre el nombramiento de obispos católicos, afirmando que un diálogo tenso es mejor que no dialogar.
En una entrevista con la cadena de radio española COPE transmitida el miércoles, el Santo Padre comparó el diálogo del Vaticano con China al que existió con los países de Europa del Este durante la Guerra Fría, que eventualmente resultó en muchas libertades para la Iglesia allí.
"Lo de China no es fácil, pero yo estoy convencido de que no se debe renunciar al diálogo", dijo en algunos de sus comentarios más detallados sobre el tema hasta la fecha.
En septiembre pasado, el Vaticano renovó un acuerdo de 2018 con Pekín que le da al Sumo Pontífice la última palabra sobre el nombramiento de obispos chinos. El acuerdo estableció un diálogo formal con Pekín después de décadas en las que los católicos chinos fieles al Papa se vieron llevados a la clandestinidad.
Sus críticos, incluido el gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump, intentaron convencer al Vaticano de que abandonara el acuerdo, diciendo que comprometía la autoridad moral del Santo Padre.
Comentarios del exsecretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en septiembre pasado, que el Vaticano consideró una intromisión en sus asuntos soberanos, provocaron una pequeña crisis diplomática.
"Te pueden engañar en el diálogo, puedes equivocarte, todo eso (...) pero es el camino. La cerrazón nunca es camino", comentó el papa Francisco sobre el acuerdo con China, que ha enfrentado especial oposición de grupos conservadores católicos.
"Lo que se ha logrado hasta ahora en China fue al menos dialogar (...) alguna cosa concreta como nombramiento de nuevos obispos, lentamente (...) Pero también son pasos que pueden ser cuestionables", agregó.
Francisco comparó las relaciones con Pekín a la política de "pequeños pasos" llevada a cabo por el cardenal Agostino Casaroli, un reconocido diplomático del Vaticano, con los países del bloque soviético en Europa del Este, desde la década de 1960.
Casaroli, quien sirvió bajo tres pontífices, llegó a acuerdos con países comunistas que le dieron a la Iglesia un respiro, sembrando las semillas para relaciones plenas después de la caída del Muro de Berlín en 1989. Esos acuerdos también fueron criticados.
"Lentamente, lentamente, (Casaroli) fue logrando reservas de las relaciones diplomáticas que en el fondo suponían nombramiento de nuevos obispos y cuidado del pueblo fiel de Dios", dijo Francisco.
Con información de Reuters