El papa emérito Benedicto XVI pasará un fin de año con su estado de salud agravado. Tiene 95 años y empeoró en sus condiciones a mitad de la semana, aunque su "estado es estable" dentro del cuadro general, informó el Vaticano.
"Anoche, el Papa emérito pudo descansar bien. También ayer por la tarde participó en la celebración de la Santa Misa en su habitación. En la actualidad su estado es estable", informó en un comunicado el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. Fuentes vaticanas agregaron a Télam que la condición de Joseph Ratzinger continúa de todos modos siendo "grave", con preocupación constante en la Santa Sede.
El pontífice emérito, quien fue Papa entre abril de 2005 y febrero de 2013, cuando renunció, se mantiene por el momento dentro del monasterio Matter Ecclesia, en el que vive, dentro de los jardines vaticanos.
Junto a Ratzinger se encuentran su histórico secretario personal, el obispo Georg Ganswein, un grupo de cuatro monjas del grupo católico Comunión y Liberación, su médico personal desde 2009 Patrizio Polisca y el enfermero fray Eligio, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Entre el martes y el miércoles, Ratzinger tuvo un "agravamiento" de su salud, informó entonces el Vaticano en un comunicado, y el papa Francisco había pedido oraciones por su predecesor al recordar que "está muy enfermo". Tras convocar a los fieles a rezar por Benedicto XVI, el pontífice argentino lo visitó tras la audiencia general del miércoles.
Ratzinger, nacido en la ciudad bávara de Marktl en 1927, fue elegido el pontífice número 265 de la Iglesia en 2005, y renunció el 28 de febrero de 2013, dando lugar al cónclave que designó a Jorge Bergoglio como el primer papa latinoamericano, el 13 de marzo de ese año.
Con su salud definida como "una vela que está por apagarse" desde hace años, Ratzinger salió del Vaticano por última vez en 2020, cuando viajó a Alemania a despedirse de su hermano Georg, quien falleció poco después.