Mas de cien mil contagios de coronavirus en 24 horas obligaron al gobierno francés a reunir el Consejo de Defensa este lunes 27 de diciembre, anunciando la transformación del pase sanitario en pase vacunal a partir del 15 de enero. La Asamblea Nacional deberá validar el decreto correspondiente. Esto significa que nadie podrá entrar en bares, restaurantes, cines, teatros, etc. sin estar vacunado. El tener un test negativo no será suficiente como hasta ahora.
La variante Delta y la Ómicron conviven en todo el país generando niveles de contagio nunca vistos. Al mismo tiempo, el nivel de vacunación permite evitar, por ahora, la saturación en salas de reanimación: al día de hoy hay 17 000 hospitalizados y 3 300 personas en reanimación, 53% de las cuales no están vacunadas, según el Drees, (Departamento de estudios y estadísticas del Ministerio de Salud). Y entre los vacunados, muchos hospitales están encontrando portadores de pases sanitarios falsos.
Si bien la vacuna no impide el contagio, evita las formas graves. El nivel de muertes por el COVID-19, cuya cifra es de 122 000 fallecidos, aumenta a una media de 160 diarios. Con 91% de la población vacunada con una dosis y 89,5 con las dos dosis, el gobierno impone de hecho la vacunación obligatoria sin decirlo.
La buena noticia es que se rebaja a 3 meses en lugar de 4, el plazo para inyectarse la tercera dosis que protegería en 85% contra la variante Omicron. Ya hay 22 millones de franceses vacunados con la dosis de refuerzo.
El Ministro de la salud Olivier Véran, sostuvo que a principios de enero, Francia podría llegar a 250 000 contagios en 24h. Por esa razón, el recurso al teletrabajo será obligatorio al menos tres días por semana, siempre y cuando que el tipo de profesión lo permita.
En cambio no habrá toque de queda el 31 de diciembre ni prolongación de las vacaciones escolares de invierno que se terminan el 2 de enero como sugerían algunos rumores previos al anuncio.
Las reuniones deportivas en el interior estarán limitadas a 2000 personas y 5000 en el exterior. Estas medidas no conciernen los actos políticos ni los de culto. A menos de 100 días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el gobierno considera muy sensible cualquier traba a la campaña electoral.
La reducción del periodo de aislamiento para los casos de contacto, se anunciará finalmente el viernes 31. Esta medida pretende preservar la productividad francesa. De hecho, entre el 1 de noviembre y el 19 de diciembre, las bajas por enfermedad aumentaron en un 740%, pasando de 5.763 a 42.541, según “Le Journal du dimanche”. El Gobierno quiere sobre todo evitar una parálisis de la economía.
Las medidas anunciadas reflejan la necesidad de bajar la presión hospitalaria, acelerar la vacunación de los recalcitrantes (4,5 millones de franceses) y evitar una imagen negativa del presidente Macron cara a las elecciones. Nada indica que estas medidas sean suficientes para bajar el nivel de contagios.
Crisis hospitalaria
Francia entra en el invierno en un estado de ánimo crepuscular. Al igual que durante el primer confinamiento, la tensión es tan alta en muchos hospitales que el personal positivo de coronavirus podría seguir trabajando. Esta transgresión de las normas sanitarias está "justificada por la tensión hospitalaria y el riesgo de interrupción de los cuidados", autorizada por el Alto Consejo de la Salud Pública, escribió por ejemplo la dirección del hospital de Saint-Denis a su personal el 16 de diciembre.
El personal del servicio de urgencias del Hospital Universitario de Rouen declaró la huelga el lunes 27 de diciembre para protestar contra el deterioro de sus condiciones de trabajo y la falta de recursos humanos y materiales. El malestar en muchos hospitales puede conducir a otros movimientos sociales en los próximos días si el gobierno no responde a las reivindicaciones salariales y de financiamiento necesario para resolver la crisis.
Según Mediapart, "hay agotamiento entre los equipos, descontento y renuncias masivas". El Dr. Louis Soulat. jefe del servicio de urgencias de Rennes, y también vicepresidente del sindicato Samu-Urgences de Francia, estima que "un tercio de los servicios de urgencia tienen grandes dificultades y otro tercio están sobrecargados". Asimismo expresó su hartazgo ante la trágica caricatura en que se han convertido muchos servicios de urgencias, constantemente saturados, abarrotados de camillas, donde se pierden las posibilidades de curar a los pacientes.
Anne Wernet, presidenta del sindicato y anestesista en Perpiñán (Pirineos Orientales) explica que "durante las vacaciones, los médicos hacen dos a tres turnos por semana, superando el límite legal de 48 horas semanales. Y ni siquiera eso es suficiente, ya que tienen que recurrir a trabajadores temporales que suben la apuesta a 1.500, 2.000 o 2.500 euros por 24 horas". Todos estos esfuerzos no han permitido ni siquiera recuperar el retraso de las operaciones quirúrgicas, que han sido reprogramadas en muchos establecimientos: "En las consultas de anestesia, veo pacientes a los que se les ha aplazado la operación dos veces", confiesa. Vivimos el día a día, en la incertidumbre, sin saber si podremos llegar mañana o pasado mañana”.
El próximo miércoles 5 de enero de 2022 se celebrará un nuevo Consejo de Defensa de la Salud.