La eficacia de las vacunas contra el COVID-19 en personas que viven en residencias de ancianos y centros de cuidado ha bajado desde que la variante Delta se convirtió en la dominante en Estados Unidos, dijeron el miércoles investigadores del gobierno.
A pesar del descenso, las vacunas siguen siendo muy eficaces para prevenir enfermedades lo suficientemente graves como para requerir hospitalización, según la investigación publicada en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades(CDC).
La propagación de la variante Delta, altamente infecciosa, que según los datos de los CDC representó el mes pasado más del 80% de las nuevas infecciones en Estados Unidos, ha complicado los esfuerzos para combatir la pandemia en el país y en el mundo.
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Los investigadores de los CDC compararon los datos semanales de 3.862 residencias de ancianos y centros de atención de largo plazo, desde el 1 de marzo hasta el 9 de mayo, antes de que la variante Delta se generalizara, con datos de 14.917 centros de este tipo que abarcan desde el 21 de junio hasta el 9 de agosto, cuando fue responsable de la mayoría de las nuevas infecciones.
Descubrieron que la eficacia de las vacunas de dos dosis de Pfizer/BioNTech y Moderna para prevenir cualquier infección por coronavirus -leve o grave- descendió del 74,7% al 53,1%.
Los resultados del estudio fueron citados por las autoridades sanitarias el miércoles cuando anunciaron que las vacunas de refuerzo contra el COVID-19 se pondrán a disposición de los estadounidenses a partir del 20 de septiembre, ya que la protección de la vacunación inicial disminuye con el tiempo. Los primeros que recibirán esos refuerzos serán ancianos, los que viven en residencias y otros, además de las personas con sistemas inmunitarios débiles.
Con información de Reuters