Estados Unidos avanza en una posible campaña anual de vacunación de refuerzo contra el coronavirus, de forma similar a la implementada contra la gripe. Esta semana, Washington autorizó la nueva versión de las inyecciones de los laboratorios locales Pfizer y Moderna que apuntan a la cepa Ómicron.
El objetivo de la campaña anual estará en vigencia salvo que aparezca una cepa diferente que agrave la situación y cause estragos mayores, informaron hoy autoridades sanitarias. Las actuales vacunas sirven de inmunizantes contra las cepas originarias y las subvariantes hasta la BA.4 y BA.5, actualmente en circulación y que son vistas con marcada preocupación por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En tanto, Estados Unidos ya comenzó a reforzar las distribución de vacunas para que se amplíe la campaña de refuerzo planeada por el gobierno para contener un eventual rebrote invernal que pueda comenzar esta semana. A menos que una variante "muy distinta" emerja súbitamente "probablemente nos vamos a dirigir hacia un ritmo de vacunación similar al de la vacunación anual contra la gripe, con dosis de refuerzo anticovid actualizadas para actuar contra la última cepa en circulación", expresó durante una conferencia de prensa el doctor Anthony Fauci, asesor de la Casa Blanca.
La propuesta podría facilitar la aceptación de las dosis complementarias en un país en el que apenas la mitad de su población se inoculó. Sin embargo, las personas frágiles, como adultos mayores o inmunodeprimidos, podrían necesitar refuerzos más frecuentes, precisó Fauci, citado por la agencia de noticias AFP.
La vacuna de refuerzo de Pfizer para combatir Ómicron, la mutación más contagiosa de todas las conocidas, aunque no tan letal como la Alfa y la Delta, fue autorizada para los mayores de 12 años, y la de Moderna para los de 18.
Situación epidemiológica en Estados Unidos
Las variantes BA.4 y BA.5 representan actualmente más del 99% de los alrededor de 80.000 nuevas infecciones cotidianas detectadas en Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia, con 94.6 millones de casos y 1.04 millón de muertes, según los últimos reportes oficiales.
A fines de junio, el Ejecutivo del presidente Joe Biden reclamó a laboratorios fabricar vacunas contra las subvariantes Ómicrón y exactamente dos meses después autorizó la nueva versión de Pfizer y Moderna para neutralizarlas.