Uruguay hace dos meses atraviesa una crisis hídrica histórica que obligó al Gobierno a tomar distintas medidas para la racionalización del agua, entre otros puntos. Ahora, reconoció que sus reservas de agua potable están al 1,8% y que podrían acabarse dentro de 10 días en en la represa de Paso Severino, la principal fuente de agua dulce de la zona metropolitana -con una población de dos millones de personas-, hay 1,1 millones de centímetros cúbicos de agua, de los cuales se utilizan 80.000 al día. Esta situación los obliga a recurrir al Río de la Plata para abastecerse, a pesar de los elevados porcentajes de sal que contiene.
El presidente, Luis Lacalle Pou, ya había advertido que se avecinaba un período en el que el agua no se podrá beber, a menos que lloviera lo suficiente, o a que se terminen unas obras hídricas que se están realizando en Paso Belastiquí para llevar agua dulce desde el Río San José hasta el Santa Lucía, que abastece a Paso Severino. Si bien eso no resolverá la situación porque el agua seguirá conteniendo sodio y cloruro, al menos servirá para nutrir por un período de tiempo el caudal de agua de Obras Sanitarias del Estado, la empresa estatal del área.
Los trabajos para esa obra se vienen realizando según los tiempos esperados, según el diario uruguayo El País, que informó sobre la reciente llegada de 500 metros de caños provenientes de Brasil y otros 500 más que llegarán este martes y que son clave para terminar el trabajo. La obra permitirá el ingreso y la salida de agua proveniente del Río de la Plata al embalse Belastiquí-Aguas Corrientes, así como la retención del agua ingresada al embalse, lo que servirá para mantener el volumen y no perder agua con la fluctuación de las mareas.
En tanto, la represa Campanario, que está en construcción, consiste en un dique sobre el río San José que va a tener la finalidad de embalsar la mayor cantidad de agua dulce de su cauce. También se está avanzando en la obra para la captación y el trasvase desde el río San José al río Santa Lucía. El Gobierno estima que la obra estará finalizada dentro de un mes y asegura que los tiempos dependen de que lleguen los caños de Brasil.
Según Presidencia, el promedio de cloruro presente en el agua de OSE en Montevideo y su zona metropolitana es de 845, 837 y 842 mg/l en las líneas de bombeo 4, 5 y 6 respectivamente. El nivel máximo de cloruro autorizado por el Ministerio de Salud, tras el pedido del aumento por parte de OSE, es de 720 mg/l. Esos límites fueron impuestos el pasado 4 de mayo, cuando el Ministerio de Salud Pública cambió la normativa que regula la potabilización del agua por parte de OSE: aumentó los niveles permitidos de cloruro de 300 miligramos por litro a 700; y de sodio de 200 a 400, por el plazo de 30 días. Números que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y no fueron comunicados a la población hasta que por los grifos de las casas empezó a salir agua amarronada y salada. Para ese entonces, el ministro de ambiente, Robert Bouvier, ya había dicho ante la prensa: “El agua de OSE no es potable, pero es bebible”.
Además, en todas las líneas los valores estuvieron por encima de los registrados desde mayo, excepto en la sexta línea de bombeo, cuyo valor promedio de ayer es el mismo de los días 17 y 19 de junio. En cuanto al sodio, se registró un promedio de 501, 497 y 499 mg/l en la 4, 5 y 6 respectivamente. El máximo de sodio autorizado es de 440 mg/l, por lo que también en este caso todas las líneas exceden el límite.
Sobre este tema, la ministra de ministra de Salud Pública, Karina Rando, comentó que los valores que se pasan del máximo “hasta ahora no afectan las recomendaciones actuales porque son muy pequeños”, según reportó El País. “El tema es cuando OSE vaya a tener una estrategia diferente en la toma de agua y aumenten sustancialmente los valores”, apuntó. Consultada sobre a partir de qué valores el agua dejará de ser potable, la ministra explicó el procedimiento que se definió. “No tenemos un número exacto. Necesitamos que sea al revés, que OSE nos diga cuál va a ser el próximo escenario y nosotros decidamos con los expertos cuáles son las recomendaciones que vamos a dar. Primero tenemos que saber los valores y después podemos decir qué cosas se pueden hacer con esos valores. Sino tendríamos que decirles que con 700 mg/l se pueden hacer tales cosas, con 1.000 ml/l otras y con 1.500 mg/l otras. Enloqueceríamos a la población”, marcó.
“El agua a partir de finales de enero ya no era potable, el concepto de agua bebible o segura no es medible”, alertó el dirigente sindical de funcionarios de OSE, Carlos Larrosa, ante el portal Subrayado, que también señaló que la empresa y el sindicato había advertido sobre la posibilidad de que esto ocurriera el año pasado.
“Ante la falta de información que ha dado el Gobierno han salido varias sociedades médicas, la sociedad de pediatría, de dermatología, de cardiología, a advertir sobre los problemas que puede traer el consumo del agua y advertir a la población de que no la consuma. Hace poco salió la facultad de Química, siempre con recomendaciones porque obviamente se espera que sea el Gobierno quien oficialmente tenga que admitir y advertir estas cosas. Pero el agua, hoy en día, tiene que quedar claro, siempre lo dijimos de forma clara de parte del sindicato, no es potable”, agregó Larrosa.
Luego de declarar emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo, donde vive más de la mitad de la población, el gobierno anunció el mes pasado la creación de un Fondo de Emergencia Hídrica para "garantizar a los ciudadanos con todos los recursos necesarios" para enfrentar la sequía. Según el Instituto de Meteorología de Uruguay (Inumet) no se pronostican lluvias para la zona en el corto plazo. "Tenemos anomalías de lluvias positivas en la primavera. Esto sugeriría que las lluvias fuertes y recurrentes comenzarán en septiembre", dijo el director climático Mario Bidegain.
Con información de Télam