Aunque rico en uranio, Níger es un país sumido en la pobreza

27 de julio, 2023 | 14.39

La crisis e inestabilidad política estallaron en Níger, el cuarto productor mundial de uranio, donde su presidente, Mohamed Bazoum, fue destituido por una junta militar en un nuevo golpe de Estado que azota a este país con larga tradición en interrupciones constitucionales.

Detrás de Canadá, Australia y Kazajistán, Níger es el cuarto productor mundial de uranio.

Según datos de 2021 proporcionados por la Asociación Nucelar Mundial (WNA en sus siglas en inglés), el país del litoral occidental de África aporta un 8,8% de la producción mundial de este mineral que va mayoritariamente a la Unión Europea (UE), sobre todo a Francia.

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El primer yacimiento de este mineral se encontró en Azelik y fue descubierto en 1957 por la Oficina de Investigación Geológica y Minera (BRGM, por sus siglas en francés), una agencia del Gobierno de Francia, que buscaba cobre. Desde la colonización europea, África se convirtió en una usina de extractivismo tanto humano como de bienes naturales, entre los se que se cuentan sobre todo los minerales, un destino que se sostiene en la actualidad.

Un año después de descubrirse el uranio, Níger se constituyó en República autónoma dentro de la Comunidad Francesa, y tres años después, el 3 de agosto de 1960, declaró su independencia.

Tiempo después el uranio apareció en Abokurum (1959), Madaouela (1963), Arlette, Ariege, Artois y Tassa/Taza (1965), Imouraren (1966) y Akouta (1967).

Sin embargo, Niger es uno de los países más pobres del mundo. Su economía está basada en la agricultura de subsistencia, de la que vive alrededor del 90% de la población.

Además, Níger tiene dificultades para vivir de su mineral por las bajas cotizaciones, las reservas difíciles de explotar y la voracidad de los extractores internacionales.

Desde hace varios años, la industria de uranio a nivel mundial se caracterizó por una tendencia a la baja continua de las cotizaciones.

A esto se le sumó la presión ecologista tras la catástrofe de Fukushima de 2011 o la explotación de yacimientos particularmente ricos en Canadá, el principal productor del metal con un 25,2% de la producción mundial, según la WNA.

En este contexto, la gigante obra del yacimiento de Imouraren, que debía producir 5.000 toneladas anuales durante 35 años, está parada desde 2014.

Francia tiene importantes intereses económicos en el uranio nigerino, que destina a sus centrales nucleares.

La explotación de yacimientos de uranio en la región de Arlit data desde 1971 y corre a cargo de la compañía estatal francesa Orano, antigua Areva.

Entre 1978 y 2021 Francia extrajo 75.000 toneladas de este mineral de Cominak, una de sus filiales que operaba desde 1970 en la región desértica de Arlit y que recientemente cesó sus actividades tras el agotamiento de sus recursos.

El grupo público francés continúa la explotación de Somaïr, una mina a cielo abierto.

Allí, la producción de uranio bajó a 2.000 toneladas extraídas en 2021, frente a 3.000 nueve años antes.

A 80 kilómetros de Arlit se encuentra el proyecto de Imouraren, una de las reservas más importantes de uranio en el mundo.

Ubicada entre el Sahel africano y el desierto del Sahara, la mina de uranio de Imouraren es un yacimiento que están en manos de esta compañía francesa, cuyo proyecto es el de la explotación a cielo abierto.

Allí, para fines del año pasado, la empresa europea redujo su tamaño en ese país que suministraba 20% del uranio europeo, y experimenta nuevos métodos de extracción para reducir los costos y lleva a cabo campañas de perforación.

El valor de las exportaciones de mercancías nigerinas alcanzó para 2021 los 633 millones de dólares, frente a los 1.247de 2020.

Históricamente, Níger obtiene poco de los beneficios generados por las riquezas que tiene su subsuelo.

En 2020, su contribución al presupuesto nacional no superó 1,2%.

En 2021, el PBI de Níger fue de 14.920 millones de dólares y su crecimiento, del 1,4%, según datos del Banco Mundial.

Con el objetivo de facilitar el establecimiento de empresas e inversiones extranjeras, el Gobierno aprobó en los últimos años varias reformas fiscales y la regulación de algunos sectores como la minería.

Tras esta medida, Francia dejó de ser el único país que explota las riquezas naturales nigerinas.

Empresas chinas, australianas, estadounidenses, británicas, italianas, canadienses, indias y rusas lograron permisos de prospección en los últimos años.

A fines del año pasado, la compañía canadiense Global Atomic Corporation (GBC) empezó la extracción de uranio a unos 100 kilómetros al sur de Arlit.

En un marco de pobreza, la evolución política del país se caracterizó por las continuas intervenciones militares y la inestabilidad política.

Níger tiene una larga tradición de golpes de Estado y crisis institucionales.

En 1974, Hamani Diori, el primer presidente del país independiente, fue derrocado por un golpe militar encabezado por el general Seyni Kuntché, que disolvió la Asamblea Nacional y prohibió los partidos políticos.

Desde entonces, tuvo varios golpes. El último fue en 2010 y estuvo liderado por militares agrupados en el Consejo Supremo para el Restablecimiento de la Democracia.

Además, desde principios de 2015 el país africano tuvo que afrontar frecuentes ataques del grupo yihadista Boko Haram.

Francia, antigua potencia colonial en Níger y con importantes intereses económicos en las extracción de uranio, conserva una fuerte presencia militar en este país.

Con información de Télam