Veinte migrantes permanecían desaparecidos en la tarde de este sábado tras el naufragio de su embarcación ayer, cerca de las costas de Túnez, donde pudieron rescatar a 17 pasajeros. La información, sobre las personas provenientes de África subsahariana, la dio a conocer el tribunal tunecino de la ciudad portuaria de Sfax. Se trata la sexta embarcación con migrantes que se hunde cerca de las costas del norte africano desde principios de marzo, según un balance de AFP que cuenta al menos 100 muertos.
Un total de 37 migrantes, procedentes de países de África subsahariana, "zarparon desde el litoral y su barco naufragó el viernes por la tarde", explicó Faouzi Masmoudi, vocero del tribunal de Sfax, citado por la agencia de noticias AFP.
El portavoz precisó que abrieron una investigación, la cual recoge testimonios de los supervivientes. La guardia nacional tunecina anunció ayer que entre enero y finales de marzo rescataron a "14.406 personas, 13.138 de ellas procedentes de África subsahariana y el resto de Túnez. Esta cifra es cinco veces superior a la del mismo periodo del año pasado.
El número de rescatados en 2023 "aumentó de manera considerable, porque hubo muchas más personas que zarparon", según Houssem Jebabli, vocero de la guardia nacional. La gran mayoría de rescates e interceptaciones de embarcaciones este año tuvieron lugar en la zona de Sfax, la segunda ciudad del país.
Muchos de los barcos que intentan llegar a Europa de manera clandestina zarpan desde el país de África del norte, dado que una parte de sus costas se encuentra a menos de 150 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa. Los intentos para cruzar el Mediterráneo se intensificaron desde el 21 de febrero, cuando el presidente tunecino, Kais Saied, pronunció un duro discurso contra la migración irregular que provocó una ola de ataques racistas y violentos.
La tragedia crece día a día desde entonces, dado que las personas migrantes buscan regresar a sus países -a través de la repatriación solicitada a sus embajadas- o huir para Europa. Según las ONG que hacen seguimiento de estas situaciones, las políticas europeas de externalización de fronteras -es una práctica que supone el despliegue de una compleja arquitectura que desplaza la gestión de las políticas migratorias y de asilo hacia terceros estados y tienen el objetivo de evitar y contener la llegada de personas refugiadas e inmigrantes en situación irregular- han contribuido durante años a transformar a Túnez en un actor clave de la vigilancia de las rutas migratorias en el Mediterráneo, señaló el portal France24.
Con información de Télam