Médicos sin Fronteras (MSF) denunció hoy que las autoridades húngaras están ejerciendo "un uso alarmante y repetido de la violencia" contra los migrantes que intentan cruzar la frontera desde Serbia al país de la Unión Europea (UE) y que acaban siendo objeto de palizas y devoluciones.
La ONG dice tener testimonios y datos médicos que corroboran sus sospechas de que las autoridades húngaras recurren a porrazos, patadas, puñetazos, gas pimienta y gases lacrimógenos y "diversas formas de humillación", como "prácticas habituales de disuasión", previas a las devoluciones sin asistencia.
La organización asegura que, desde enero de 2021, sus equipos médicos atendieron a 423 pacientes con lesiones, "presuntamente a causa de incidentes violentos en la frontera entre Hungría y Serbia", por ejemplo a través del paso de Horgos 2, informó la agencia de noticias Europa Press.
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"La violencia que vemos en la frontera entre Hungría y Serbia es constante e indiscriminada. Cada semana, asistimos a pacientes, incluidos niños, con graves contusiones, heridas y cortes profundos, dislocaciones y fracturas, a menudo en las piernas, los brazos y a veces también en la cabeza", explicó Andjela Marcetic, médica de MSF en Serbia.
La organización humanitaria agrega que la mayoría de los pacientes relatan haber sufrido robos y la destrucción de pertenencias personales, mientras otras personas aseguran haber sido "obligadas a desnudarse, expuestas a las frías temperaturas del invierno y a veces soportaron otras formas de humillación, como ser orinadas por los agentes fronterizos".
Con información de Télam