El parlamento de Lituania aprobó hoy por 86 votos a favor, ocho en contra y veinte abstenciones, una controvertida ley que legaliza negar el ingreso a demandantes de asilo como medida adicional para combatir la afluencia de inmigrantes a través de la frontera con Bielorrusia, práctica que viene implementándose desde 2021.
En el marco del estado de emergencia decretado por el Gobierno lituano desde que comenzó el conflicto migratorio con Bielorrusia a mediados de 2021, las autoridades estarán a partir de ahora amparadas para devolver a todos aquellos migrantes que hayan cruzado la frontera por los cauces no establecidos.
La decisión generó críticas en organizaciones de Derechos Humanos que pidieron al presidente lituano, Gitanas Nauseda, que vete la norma, tras alertar que estas devoluciones ponen en riesgo la seguridad de aquellas personas migrantes que por su situación necesitan protección y amparo internacional.
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La ministra del Interior, Agne Bilotaite, artífice de la medida, alegó que con ella se vela por la seguridad del Estado y que solo detendrá aquella migración que es alentada por Bielorrusia para desestabilizar.
"Cuando se trata de seguridad nacional y Derechos Humanos, no hay soluciones muy fáciles, pero tampoco hay alternativas, nuestro Estado debe defenderse", precisó la funcionaria, citada por LRT, la televisión pública de Lituania y las agencias de noticias Europa Press y AFP.
Bilotaite dijo que cuentan con información sobre nuevos flujos migratorios relacionados con vuelos fletados por Bielorrusia, a cuyas autoridades acusó de negociar con países como Irán o Irak para traer estas personas a la frontera.
"Tenemos listos los instrumentos que necesitamos", sentenció.
Lituania acusó a Bielorrusia de empujar la migración irregular a través de la frontera que comparten, en represalia a las sanciones de Bruselas a Minsk por la violencia postelectoral de 2020, en las que el presidente, Alexander Lukashenko, revalidó su mandato por sexta vez consecutiva en medio de acusaciones de fraude.
La frontera que comparten se extiende a lo largo de casi 680 kilómetros. Con motivo de aquella crisis migratoria, Lituania decretó el estado de emergencia, reforzando los controles y dotando a sus fuerzas de seguridad de mecanismos especial para contener los flujos migratorios.
El país báltico, miembro de la Unión Europea (UE), practica las devoluciones forzosas desde 2021, año en que miles de inmigrantes y refugiados, principalmente de Medio Oriente y África, comenzaron a intentar ingresar a países del organismo a través de Lituania, Letonia y Polonia.
La UE argumentó que la afluencia fue "un ataque híbrido" orquestado por el régimen bielorruso en represalia por las sanciones internacionales contra Minsk.
Desde entonces, disminuyeron los intentos por cruzar, pero los guardias fronterizos lituanos siguen negando diariamente la entrada a decenas de inmigrantes.
La semana pasada, Amnistía Internacional (AI) advirtió que la nueva ley, si la firma el presidente, daría "luz verde a la tortura" y los activistas pedirían que se vetara.
El año pasado, Lituania terminó la construcción de una cerca de alambre de púas de cuatro metros de alto, a lo largo de 550 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, y que tiene en total 700 kilómetros.
La vecina Polonia también recurre regularmente a devoluciones forzosas en su frontera con Bielorrusia.
Con información de Télam