El Gobierno francés aprobó hoy su reforma migratoria para regularizar trabajadores sin papeles y acelerar la expulsión de migrantes irregulares, un nuevo proyecto explosivo que carece del apoyo parlamentario necesario para salir adelante.
El plan enfrenta el rechazo del partido opositor de derecha Los Republicanos (LR), con el que el presidente liberal Emmanuel Macron suele negociar para lograr una mayoría, como en el caso de la reforma de las jubilaciones en discusión.
LR, uno de cuyos temas predilectos es denunciar la llegada de migrantes a Francia, tiene en el punto de mira la regularización de los trabajadores sin papeles en los sectores con escasez de mano de obra, ya que, a su juicio, atraería a más extranjeros.
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"No estamos en una lógica de efecto llamada", dijo el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, en conferencia de prensa junto al ministro del Interior, Gérald Darmanin, informó la agencia de noticias AFP.
Ambos se mostraron abiertos a concesiones durante el trámite parlamentario.
El Gobierno propone que los trabajadores sin papeles presentes ya en Francia obtengan un permiso de trabajo de un año renovable si su puesto está incluido en una lista de sectores con problemas de contratación.
Restaurantes, hoteles, agricultura, construcción, empleados domésticos... Los inmigrantes ocupan puestos en sectores clave y con problemas de contratación de personal, agudizados durante la crisis sanitaria del coronavirus.
La reforma prevé acelerar la expulsión de los migrantes irregulares, sobre todo los "delincuentes", y reformar el derecho de asilo, así como supeditar la obtención de un permiso de residencia plurianual a un examen de francés.
Las asociaciones de ayuda a los extranjeros expresaron hoy su "preocupación" sobre un proyecto que acelerará "el desmantelamiento de los derechos" de los migrantes, bajo la presión, a su juicio, del "chantaje" de la derecha.
La migración es un tema delicado en Francia. Su vínculo con la seguridad forma parte desde hace años de la agenda política, impulsado por la extrema derecha de Marine Le Pen, y resurge con cada hecho delictivo que implica a algún inmigrante.
"Se necesita firmeza y humanidad (...) No podemos recibir a todo el mundo", dijo en diciembre Emmanuel Macron al diario Le Parisien, llamando a "integrar más rápido y mejor" a quienes obtienen el asilo.
Con información de Télam