El Kremlin señaló hoy que la provincia ucraniana de Jerson tiene derecho a independizarse, luego de que la autoridad instalada allí por las fuerzas rusas anunciara que pedirá a Moscú que la anexione, en medio de una guerra "sin posibilidades" de un alto al fuego inmediato, de acuerdo a la ONU, y que acrecenta los temores de afectar el suministro de gas hacia Europa.
"Los habitantes de la provincia de Jerson deben ser los que determinen su propio futuro", dijo en rueda de prensa Dmitri Peskov, vocero del presidente Vladimir Putin.
Consultado sobre si Rusia se anexionaría la provincia, Peskov remarcó que este asunto tiene que ser evaluado exhaustivamente por los juristas, aunque citó el caso de la península ucraniana de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014 luego de dos referendos.
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Esto fue obviamente repudiado por las autoridades en Kiev: "Los invasores podrían pedir unirse incluso a Marte o Júpiter, pero el ejército ucraniano liberará Jerson", declaró Mijailo Podoliak, consejero del presidente Volodimir Zelenski.
Más temprano, la autoridad instalada por Rusia en la provincia de Jerson, la única de Ucrania controlada de forma total por el Ejército ruso, dijo que pedirá a Putin que la anexione a Rusia.
"Habrá una solicitud (a Putin) para hacer que la región de Jerson sea sujeto pleno de la Federación rusa", aseguró Kirrill Stremuosv, informó la agencia de noticias AFP.
Agregó que las autoridades prorrusas de Jerson, que a principios de mes introdujeron en ella el rublo, la moneda rusa, están negociando la apertura de un banco de ese país, cuyas filiales podrían abrir en la región a fines de mes.
Stremusov fue nombrado jefe adjunto de la administración cívico militar de Jerson luego de que tropas rusas conquistaran la provincia durante la invasión a Ucrania lanzada el 24 de febrero.
La provincia de Jerson, ubicada a orillas del mar Negro y justo al norte de la península de Crimea, es vital para el abastecimiento de agua de ese territorio.
Su conquista también permite constituir un puente terrestre que una Crimea, la provincia separatista prorrusa de Donetsk y el territorio ruso, hacia el este.
Hacia el oeste, su captura podría también permitir a Moscú lanzarse al asalto del gran puerto de Odesa, algo que hasta el momento no consiguió.
La inteligencia estadounidense afirmó incluso que Putin está decidido a ir más allá y crear una conexión terrestre entre los territorios ocupados de Ucrania y Transnistria, una zona prorrusa que la comunidad internacional reconoce como parte de Moldavia.
El camino para lograr ese objetivo, además de Jerson, incluye la estratégica ciudad portuaria de Mariupol, donde Ucrania dice que alrededor de mil soldados permanecen atrapados en circunstancias cada vez más duras en la acería Azovstal.
Esta inmensa instalación es el último bastión de la resistencia en la ciudad, que vivió una destrucción casi total desde el inicio de la guerra.
En paralelo, las fuerzas leales al Kremlin continúan sus ataques para intentar asentar sus conquistas territoriales en el sudeste y extender su ofensiva en el Donbass, donde vive una población mayoritariamente prorrusa.
Más al norte, las autoridades ucranianas anunciaron haber recuperado cuatro pueblos próximos a Jarkov, segunda ciudad en importancia en el país.
El gobernador de la región rusa de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, denunció por otra parte que una persona murió y otras tres resultaron heridas en un bombardeo ucraniano en esa zona ubicada al sudoeste del país.
Pero la guerra no se libra solamente con las armas: Ucrania informó hoy que Rusia interrumpió el suministro de gas a través de un punto de tránsito clave en el este del país, alimentando los temores de que la invasión pueda empeorar una crisis energética en Europa.
GTSOU, operador de los gasoductos en Ucrania, afirmó en un comunicado que el gigante energético estatal ruso Gazprom había "dejado de suministrar gas" al punto de tránsito de Sokhranivka.
El volumen de gas que transita por esa zona representa un tercio del total que tiene como destino el resto de Europa y alimenta los temores de que la guerra pueda hacer subir aún más los precios del suministro, que ya están por las nubes.
En el plano de la política de seguridad, la guerra llevó a Suecia y Finlandia a contemplar incorporarse a la OTAN, pese a las advertencias del Kremlin sobre las consecuencias de esta acción.
"La adhesión a la OTAN no sería contra nadie", aclaró el presidente finlandés, Sauli Niinistö.
Mientras sellan su adhesión a la alianza militar, estos dos países nórdicos firmaron hoy sendos acuerdos de defensa y protección mutua con el Reino Unido en caso de agresión.
Por otra parte, en Estados Unidos, la Cámara de Representantes aprobó el martes por la noche un paquete de casi 40.000 millones de dólares en ayuda para Ucrania.
El texto, que incluye un componente económico y humanitario, así como armas y municiones, aún debe ser votado próximamente por el Senado antes de ser promulgado por el presidente Joe Biden.
La posibilidad de un alto el fuego o acuerdo de paz parece hoy inexistente, reconoció el secretario general de la ONU, António Guterres, que estuvo recientemente en Rusia y Ucrania.
"Está claro que en este momento no existe ninguna posibilidad de un acuerdo de paz o de un alto el fuego inmediatos", declaró y defendió haberse reunido con Putin.
"Esta guerra no durará eternamente" y "si uno quiere resolver un problema, tiene que discutir con quienes lo causaron o con quienes pueden resolverlo", argumentó.
Con información de Télam