El gigante sueco del mueble, Ikea, despidió hoy a 10.000 empleados en Rusia, luego del cese de su actividad en ese país en marzo pasado a raíz de la invasión de Ucrania y en el marco del éxodo de empresas transnacionales que resolvieron suspender operaciones tras el inicio de la ofensiva.
La multinacional echó a 10.000 de los 12.000 empleados que tenía en su área de ventas en Rusia, declaró Jesper Brodin, jefe de Ingka, la empresa que supervisa la mayor parte de las franquicias de Ikea, informó la agencia de noticias AFP.
Durante el ejercicio económico de septiembre de 2021 a agosto de 2022, los aproximadamente 470 locales y puntos de venta de Ikea realizaron ventas por 44.600 millones de dólares, precisó Inter Ikea, el holding principal del grupo con sede en Países Bajos.
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Jon Abrahamsson Ring, el presidente ejecutivo de Inter Ikea, que emplea unas 230.000 personas en el mundo y que debe publicar la cifra de sus beneficios en noviembre próximo, afirmó que había sido "un año difícil" con un volumen de ventas "que no aumenta".
Independientemente de los efectos de cambio monetario, el crecimiento del volumen de negocios muestra también una progresión más débil, al 3,5%.
"Tuvimos que subir nuestros precios, lo que nos afectó enormemente", destacó Abrahamsson Ring.
"Hemos tenido problemas de disponibilidad debido a la escasez, sobre todo para sacar productos de Asia. Hemos tenido fuertes subidas de las materias primas en todos los ámbitos y, por supuesto, la situación en Rusia", detalló.
Pocos días después de la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero, Ikea cerró sus 17 tiendas e interrumpió sus pedidos en Rusia, donde previamente fue uno de los principales empleadores occidentales, con un total de 15.000 empleados.
El mercado ruso representaba antes de la guerra entre el 4% y el 5% de las ventas totales del grupo.
Como represalia por la invasión de Rusia a Ucrania el pasado 24 de febrero, también suspendieron sus operaciones en el país el banco de negocios Goldman Sachs y sistema de pago Western Union, ambos estadounidenses, y la cadena de ropa japonesa Uniqlo.
La empresa cervecera neerlandesa Heineken; la compañía de televisión Discovery; Universal Music Group; la filial de Sony Group, Sony Interactive Entertainment, se unieron al éxodo corporativo iniciado por centenares de compañías transnacionales que resolvieron suspender operaciones en Rusia.
En tanto, PlayStation Store limitó el acceso para los usuarios del país.
En las semanas siguientes al inicio de la ofensiva rusa, otras grandes cadenas estadounidenses, como Yum! Brands, KFC, Pizza Hut, Shell o BP anunciaron la suspensión de sus actividades.
También, en mayo pasado, la cadena multinacional de comidas rápidas McDonald´s anunció el inicio del proceso de venta de todos sus restaurantes en Rusia, tras 30 años de presencia en ese país, y la automotriz francesa Renault, transfirió sus fábricas al gobierno ruso.
Con información de Télam