El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, mantuvieron hoy un primer encuentro cara a cara desde el inicio de la guerra en Ucrania, en una breve reunión al margen de la cumbre de cancilleres del G20 en India que terminó sin declaración conjunta sobre el conflicto por el rechazo de Moscú y de China.
El contacto fue el primero en persona de alto nivel en meses entre Washington y Moscú en medio de tensiones por la invasión rusa y las armas que Estados Unidos y sus aliados dan a Kiev para resistirla, que se vieron reflejadas en el rechazo de Rusia y China a firmar la declaración final de la reunión del G20.
Funcionarios estadounidenses y rusos dijeron que Blinken y Lavrov conversaron unos 10 minutos al margen de la reunión de cancilleres del G20 en Nueva Delhi, la capital de la India, en un intercambio que pareció no haber reducido en nada la animadversión.
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Tras el breve encuentro, Blinken dijo que urgió a Lavrov a que Rusia deje de atacar a Ucrania y Lavrov acusó a Estados Unidos de bloquear las conversaciones de paz y de alentar a Kiev a seguir peleando.
En conferencia de prensa, el secretario de Estado dijo que transmitió a su par ruso que Estados Unidos continuará apoyando a Ucrania el tiempo que sea necesario y presionará para que la guerra termine en los términos diplomáticos que acepte Kiev.
"Ponga fin a esta guerra de agresión, comprométase con una diplomacia que pueda producir una paz justa y duradera", indicó Blinken que le había dicho a Lavrov.
Sin embargo, agregó que el presidente ruso, Vladimir Putin, "ha demostrado cero interés en participar, diciendo que no hay nada de qué hablar hasta que Ucrania acepte la nueva realidad territorial" de que el Ejército ruso ocupa extensos territorios en el este y el sur.
Lavrov, que no mencionó haber hablado con Blinken, dijo a periodistas que Moscú seguirá adelante con su ofensiva en Ucrania y negó las afirmaciones de Estados Unidos y sus aliados de que ha quedado aislada por la invasión.
"No nos sentimos aislados. Es Occidente el que se ha aislado a sí mismo, y eventualmente se dará cuenta de ello", señaló.
El ministro agregó que Rusia sigue abierta a las conversaciones sobre el fin del conflicto en Ucrania, pero acusó a Occidente de bloquear ese diálogo.
"Nos están pidiendo que tengamos conversaciones, pero no recuerdo a ningún colega occidental que haya pedido a Ucrania que tenga conversaciones", dijo.
Por el contrario, "están alentando a Ucrania a continuar la guerra", afirmó, según informó la agencia de noticias rusa estatal Tass.
Rusia no hizo comentarios inmediatos sobre el contenido de la conversación, pero la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, dijo que Blinken había pedido hablar con Lavrov y minimizó el encuentro.
Lavrov "habló con él, de pie, como parte de la segunda sesión del G20. No hubo discusión o un verdadero encuentro", dijo a la agencia de noticias rusa Ria Novosti.
Se trató del primer contacto entre ambos ministros desde fines de julio de 2022, cuando hablaron por teléfono sobre una propuesta de Estados Unidos para que Rusia liberara a Paul Whelan, un exmarine preso desde 2018.
La última vez que Blinken y Lavrov se encontraron en persona fue en Ginebra, Suiza, en enero de 2022, en vísperas de la invasión de Rusia.
En esa reunión, Blinken advirtió a Lavrov sobre las consecuencias que enfrentaría Rusia si seguía adelante con sus planes de operación militar planificada. También dijo haber prestado atención a las preocupaciones de Putin sobre la seguridad de su país.
En ese momento, Rusia tenía cientos de miles de soldados desplegados en la frontera con Ucrania. Estados Unidos le pedía que los retirara, y Putin dijo que lo haría solo si Ucrania renunciaba a ingresar en la OTAN.
Blinken luego canceló una reunión de seguimiento con Lavrov que debía realizarse el 22 de febrero de 2022, dos días antes de que Rusia finalmente invadiera Ucrania.
Los dos ministros han asistido juntos a varias conferencias internacionales desde que comenzó la guerra, como la de cancilleres del G20 en Bali, Indonesia, el año pasado.
Sin embargo, no se habían encontrado cara a cara hasta hoy, gracias a su coincidencia en Nueva Delhi para la reunión de cancilleres del G20, que estuvo dominado por la guerra en Ucrania y la creciente influencia global de China.
Rusia y China fueron los únicos miembros del grupo de las veinte principales economías del mundo, entre ellas Argentina, que no estuvieron de acuerdo con la declaración final del encuentro, que exige la "retirada completa e incondicional de Rusia del territorio de Ucrania".
El canciller indio, Subrahmanyam Jaishankar, contó que hubo "divergencias" sobre de la guerra en Ucrania "que no pudimos reconciliar porque varias partes tenían puntos de vista diferentes".
Agregó que, sin embargo, los ministros estuvieron de acuerdo en la mayoría de los temas que preocupan a las naciones menos desarrolladas.
"Como el fortalecimiento del multilateralismo, la promoción de la seguridad alimentaria y energética, el cambio climático, las cuestiones de género y la lucha contra el terrorismo", agregó.
Lavrov culpó a Occidente de que la reunión terminara sin un comunicado conjunto.
"El comportamiento obsceno de una serie de delegaciones occidentales, que transformaron el trabajo en la agenda del G20 en una farsa" e impidió que el G20 adoptase un comunicado conjunto.
Más temprano, Lavrov y el ministro de Relaciones Exteriores de China acusaron a Estados Unidos y las potencias occidentales de utilizar "el chantaje y las amenazas" para imponer sus puntos de vista, según la diplomacia rusa.
Al margen del G20, Lavrov y Qin Gang "rechazaron unánimemente los intentos de injerencia en los asuntos internos de otros países, de imponer enfoques unilaterales mediante el chantaje y las amenazas", informó la diplomacia rusa en una nota.
Con información de Télam