Las autoridades de Taiwán están "totalmente convencidas" de que China está buscando un nuevo pretexto para ensayar futuros ataques contra la isla y que ese hecho constituye "una amenaza militar", aseguró el canciller taiwanés, Joseph Wu, mientras no cede la tensión bilateral desatada a mediados de año con la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi.
En una entrevista con el periódico británico, The Guardian, el ministro afirmó que China, en un intento de aislar a Taiwán en el ámbito internacional, utiliza no solo los esfuerzos militares, sino también una "presión combinada" que incluye contención económica, ciberataques y medios diplomáticos.
Ayer, el primer ministro taiwanés, Su Tseng-chang, acusó a Beijing de vulnerar las normas del comercio internacional y de discriminar a la isla, luego que el gigante asiático decretara la suspensión de nuevos productos importados de este territorio.
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Según el Ministerio de Finanzas de Taiwán, las autoridades aduaneras chinas "suspendieron repentinamente" el viernes las importaciones de algunas bebidas alcohólicas de la isla.
Con esta decisión, asegura el premier, China violó las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y discriminó a Taiwán".
Según medios de Taiwán, la suspensión afecta a 11 de las 28 cervezas y productos de destilería registrados en el servicio de exportaciones de la isla.
La tensión entre China y Taiwán se agravó tras la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla el 3 de agosto, pese a las advertencias de Beijing, que interpretó ese viaje el apoyo de Washington a los independentistas taiwaneses.
China y Taiwán están separadas de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas, que se refugiaron en la isla.
Estados Unidos reconoció en 1979 al gobierno de Beijing como el de toda China, incluyendo a Taiwán, aunque siguió dando respaldo militar a la isla.
La "reunificación" de China es un objetivo prioritario para China y una primera línea roja que -aseguran- no debe cruzarse.
En octubre pasado, durante una charla telefónica con el presidente estadounidense, Joe Biden, el presidente chino, Xi Jinping, le dijo formalmente que evitara "jugar con fuego", aludiendo a las eventuales intrusiones en su política respecto a ese territorio insular cuya soberanía reclama.
Con información de Télam