La ONU asegura que la periodista palestina de Al Jazeera murió por un disparo de fuerzas israelíes

24 de junio, 2022 | 12.51

(Agrega reacción de Israel)

Naciones Unidas aseguró hoy que, según sus informaciones, la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, de la cadena qatarí Al Jazeera, murió por un disparo de las fuerzas israelíes el 11 de mayo.

"Todas las informaciones que hemos recabado -incluyendo las del ejército israelí y del fiscal general palestino- corroboran que los disparos que mataron a Abu Akleh y que hirieron a su colega Ali Sammoudi provenían de las fuerzas de seguridad israelíes y no de tiroteos indiscriminados de palestinos armados", aseguró la vocera del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh), Ravina Shamdasani.

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"No hemos hallado ninguna información que sugiera que hubiera actividad alguna de palestinos armados cerca de los periodistas", subrayó la Portavoz y consideró que era "profundamente inquietante que las autoridades israelíes no hayan abierto ninguna investigación judicial".

Israel rechazó las conclusiones del Acnudh y consideró "imposible" determinar cómo murió la periodista, de acuerdo a sendos comunicados emitidos por el ministro de Defensa, Beny Gantz, y el Ejército.

Gantz aseguró que la única alternativa para conocer la verdad es realizar "una investigación balística y forense exhaustiva y no a través de investigaciones infundadas como la publicada por la oficina de la Acndh".

"Una vez más hago un llamado a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que entregue a Israel la bala que impactó a Shireen. Eso es lo que debe hacerse para descubrir la verdad", agregó Gantz.

El Ejército israelí, por su parte, señaló en otro comunicado que la reportera del canal qatarí Al Jazeera "no fue abatida intencionadamente por un soldado israelí y es imposible determinar si la mató un hombre armado palestino que disparaba de forma indiscriminada en la zona en la que se encontraba o por un descuido de un soldado israelí".

En el comunicado, el Ejército instó también a la ANP a cooperar en la investigación del suceso, algo que hasta ahora no ha hecho argumentando que no confía en la transparencia israelí en una eventual pesquisa conjunta.

La periodista se encontraba realizando una cobertura en un campamento de refugiados en Cisjordana y llevaba un chaleco antibalas con la palabra "prensa" estampada y un casco cuando recibió el disparo fatal.

En un primer momento, el Ejército de Israel afirmó que la mujer podría haber sido alcanzada por disparos de milicianos palestinos, si bien testigos y periodistas presentes en la zona rechazaron esta versión y apuntaron directamente a las fuerzas israelíes como responsables.

Luego admitió que era necesario hacer una investigación conjunta con Palestina, con la participación de Estados Unidos, por lo que pidió que se entregue la bala para su análisis.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se negó a entregar la bala, al argumentar que no se puede confiar en que Israel investigue su propia conducta.

El asesinato de la reportera de 51 años, nacida en una familia cristiana en la Jerusalén Este ocupada, que además era ciudadana estadounidense, generó indignación entre los palestinos, pero también a nivel internacional.

Las conclusiones del informe del Acnudh coinciden en muchas de sus partes con las de las investigaciones realizadas por la ANP, la cadena Al Jazeera y numerosos medios internacionales como CNN, The Washington Post y The New York Times.

Con información de Télam