El líder del conservador Partido Moderado sueco, Ulf Kristersson, empezó hoy a trabajar en la conformación de un Gobierno tras la estrecha victoria electoral de su coalición, que incluye a la ultraderecha.
"Comienzo ahora a trabajar para formar un Gobierno nuevo y eficaz", declaró el dirigente anoche tras confirmarse los resultados de las elecciones del domingo, que desbancaron del poder a la centroizquierda que gobernó en los últimos ocho años.
"¡Ahora pondremos orden en Suecia!", agregó Kristersson, que espera encabezar el cuarto Gobierno de derecha desde 1932 (1976-1982, 1991-1994, 2006-2014), tras haber obtenido 176 escaños en las elecciones del domingo, 73 de ellos pertenecientes a Demócratas de Suecia (SD, ultraderecha), con el 99,9% de las mesas de votación escrutadas.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La elección estuvo tan pareja que los partidos esperaron hasta ayer para confirmar el resultado.
La primera ministra Magdalena Andersson, cuya coalición obtuvo tres escaños menos que la alianza de derecha, presentó hoy formalmente su renuncia, anunciada ayer, pero dijo que estaba dispuesta a colaborar con los conservadores si fracasaba la formación de un Gobierno con la extrema derecha.
Es la primera vez que un partido de extrema derecha obtiene tantos votos en Suecia: un 20,5% de los ciudadanos eligieron al SD convirtiéndolo en el segundo partido más votado, por detrás de los socialdemócratas.
Sin embargo, las chances del SD de conseguir la jefatura de Gobierno son bajas debido a que las tres agrupaciones de derecha tradicional (Moderados, Democratacristianos y Liberales) ven con malos ojos su participación.
Los Moderados pretenden formar una coalición con los democratacristianos con apoyo parlamentario del SD y de los liberales, aunque estos últimos también reclamarían algún ministerio en caso de que los ultras queden afuera.
El SD evalúa mantenerse al margen del Gobierno y limitarse a exigir que se aprueben algunas de sus propuestas electorales, que van desde deportar a todos los extranjeros que cometan alguna infracción, a demoler los barrios considerados de "alto riesgo" o castigar la mendicidad.
"El proceso durará el tiempo que sea necesario", adelantó Jimmie Akesson, presidente de SD, al prometer que será "una fuerza constructiva y de iniciativa", informó la agencia de noticias AFP.
El escenario más probable, según los analistas, es que el SD apoye al Gobierno en el Parlamento sin formar parte directamente de él.
De hecho, el propio jefe de gabinete del SD, Lynus Bilund, admitió el martes que la entrada de su formación en el futuro Gobierno es un punto de partida para las negociaciones, no un ultimátum.
Heredero de una formación neonazi, el partido fundado en 1988 fue normalizándose en el paisaje político sueco y aumentando su representación hasta entrar en el parlamento en 2010 con el 5,7% de los votos. De ahí, ha ido subiendo en cada elección amparado por un trasfondo de fuerte inmigración y problemas de pandillas.
El triunfo de la alianza de derecha se da luego de una campaña en la que el debate estuvo centrado en los temas que les son más favorables: seguridad, inmigración, y el precio de la energía.
Según el recuento definitivo, el SD tendrá 73 escaños legislativos, 11 más que en 2018. El Partido Moderado tendrá 68 (-2), los Democratacristianos 19 (-3) y los Liberales 16 (-4).
En la izquierda, los socialdemócratas subieron a 107 escaños (+7) mientras los partidos Izquierda y Centro tendrán 24 escaños cada uno y los Verdes 18.
Con información de Télam