Continúan los combates en Sudán pese al anuncio de una nueva tregua

21 de mayo, 2023 | 14.32

Horas después del anuncio del alto el fuego, nuevos combates estallaron hoy en Jartum, la capital de Sudán entre el ejército del país y un grupo paramilitar, enfrascados en una lucha por el poder desde mediados de abril.

Tras dos semanas de negociaciones en Arabia Saudita, los bandos rivales llegaron ayer a un acuerdo de alto el fuego de siete días "que entrará en vigor a las 21:45 horas de Jartum el 22 de mayo", anunciaron los mediadores estadounidenses y sauditas.

Desde que comenzaron los combates hace cinco semanas, decenas de treguas fueron violadas.

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"Contrario a previos ceses al fuego, el acuerdo alcanzado en la ciudad saudita de Yeda fue firmado por las partes y apoyado por un mecanismo internacional de monitoreo estadounidense-saudita", aseguraron ayer Estados Unidos y Arabia Saudita.

"No confiamos en ellos: cada vez que anuncian una tregua retoman los combates inmediatamente", explicó Adam Issa, comerciante de Darfur, región del este del país más asolada por los enfrentamientos, junto con Jartum, informó la agencia de noticias AFP.

Desde que empezaron los combates el 15 de abril entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), del general Mohamed Hamdan Daglo, cerca de 1.000 personas murieron y más de un millón tuvieron que abandonar sus casas.

Las infraestructuras de este país de África Oriental, uno de los más pobres del mundo, pagaron un alto precio.

Casi todos los hospitales de Jartum y de la región occidental sudanesa Darfur ya no pueden operar, y los médicos denuncian los bombardeos aéreos o de artillería a centros de salud.

La mayoría de los 5 millones de habitantes de la capital, encerrados en sus casas, no tienen agua ni electricidad, y los grupos humanitarios piden corredores para llevar víveres, medicamentos y combustible.

En Jartum, los habitantes explican cómo sus casas fueron saqueadas u ocupadas por paramilitares.

Sudán atraviesa una grave crisis tras el derrocamiento en abril de 2019 del presidente Omar al Bashir, quien gobernó el país durante casi tres décadas.

Al Burhan es el dirigente de facto de Sudán desde el golpe de Estado del 25 de octubre de 2021 realizado junto a Daglo, cuando ambos líderes militares unieron fuerzas para expulsar a los civiles que de forma interina llegaron al poder tras el derrocamiento de Al Bashir.

Pero con el tiempo las tensiones entre ambos generales fueron creciendo, lo que derivó en los actuales combates.

Los desacuerdos entre ambos bandos rivales se basan principalmente en el futuro de los paramilitares y su integración dentro de las Fuerzas Armadas.

En Sudán, más de una persona de cada dos necesita ayuda humanitaria, una cifra nunca vista en ese país de 45 millones de habitantes.

A la vez, el número de personas desplazadas por los combates superó la barrera del millón, incluidos más de 250.000 refugiados que huyeron a países vecinos por las hostilidades, según un informe dado a conocer esta semana por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La ONU calcula que si la guerra continúa, un millón más de sudaneses podrían refugiarse en los países vecinos, que temen un efecto contagio.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los combates ya dejaron 705 muertes y 5.287 personas heridas.

Con información de Télam