Brasil celebrará este martes una Cumbre sudamericana

El encuentro será en Brasilia, por impulso de Lula y Alberto ya confirmó asistencia. La última vez que hubo una reunión de jefas y jefes de Estado sudamericanos fue hace ocho años.

27 de mayo, 2023 | 16.02

La iniciativa surgió en Brasil y, desde entonces, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, hizo todo lo posible por instalar la fecha y la iniciativa. “Vuelvo con la firme voluntad de reorganizar la Unasur”, sostuvo en marzo pasado, durante el acto de asunción de autoridades de la represa de Itaipú. Al momento, el primer paso está dado: este martes 11 de los 12 mandatarios y mandatarias se reunirán en Brasilia en una especie de “retiro” –que será prácticamente cerrado a la prensa- para hablar y acordar una agenda común con la intención de garantizar un mecanismo de integración regional permanente, ajeno a los vaivenes político-partidarios internos. La última vez que todos las y los jefes de Estado sudamericanos se reunieron fue hace ocho años, en 2014, en Ecuador.

“La intención del presidente Lula es retomar el diálogo entre los países sudamericanos, que estuvo muy truncada en los últimos años, pero antes es preciso identificar los denominadores comunes y, tal vez, desde ahí, activar la concertación e inmediatamente la cooperación”, sostuvo la secretaria de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, Gisela Figueredo, en conferencia de prensa. Para dar cuenta de la relevancia que tiene la integración para el gigante sudamericano dio a conocer que Itamaraty, incluso, creó un departamento de Integración Regional que estará a cargo de Daniela Benjamín, que se ocupará de hacer el seguimiento sobre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac, a donde Brasil retornó este año), los Brics (iniciativa que une a Brasil, Rusia, India y China) y el Mercosur, entre otros.

Aunque la funcionaria se cuidó en sus palabras para no sugerir qué tipo de iniciativa se busca desde Brasil, Lula ya lo dejó en claro más de una vez que su idea es retomar la Unasur, organismo que quedó desactivado cuando distintos países sudamericanos decidieron denunciarlo y salirse del tratado. Así, también, lo confirmó en su momento en una entrevista para El Destape, la vicecancillera, María Laura da Rocha, como parte de la estrategia brasileña de volver a instalarse en la agenda internacional como un bloque.  

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El encuentro, tiene tres objetivos principales:

  • Retomar el diálogo entre todos los países de la región para buscar una visión común, con mínimos denominadores en común para reconstruir un movimiento de integración sudamericana;
  • construir una agenda concreta de iniciativas de cooperación que puede ser iniciada inmediatamente en áreas como salud, infraestructura, medio ambiente, cambio climático, lucha contra el crimen organizado y otras; ya que existen esas estructuras;
  • iniciar discusiones para retomar un mecanismo de integración puramente sudamericano.

“Quizás es la única región del mundo que no tiene un diálogo institucional en un mecanismo”, marcó Figueredo e insistió en que es necesaria una “integración positiva de Estados”, teniendo en cuenta que Sudamérica “tiene capacidades y recursos que serán claves en el futuro de la humanidad, como son los recursos naturales, agua, minerales, área para la producción de alimentos. Se puede iniciar de inmediato una agenda concreta de cooperación”.

Los temas que fueron mencionados son: lucha contra el crimen organizado, fronteras, salud, integración física, cooperación económica, transición digital, seguridad alimentaria y cambio climático.

La intención es que los diálogos se den más allá de las diferencias ideológicas que existen. Como, también, más allá de los conflictos que atraviesa cada uno de los países. Perú y Ecuador, principalmente, llegan con un contexto de crisis interna. El primero, de Dina Boluarte, la mandataria que asumió tras la destitución de Pedro Castillo, sobre la que pesan falta de legitimidad y fuertes denuncias por violaciones a los derechos humanos durante las movilizaciones en su contra. En segundo lugar, Guillermo Lasso, que en medio de un juicio político decidió cerrar la Asamblea Nacional, llamar a elecciones y finalizar su mandato tras sólo dos años de gestión. Vale aclarar, de todos modos, que prácticamente todos los países de la región sienten con mayor o menor intensidad el impacto económico de la pandemia y de la guerra en Ucrania

En definitiva, la iniciativa del líder petista, se ocupa de retomar la agenda en política exterior por la que se caracterizó históricamente Itamaraty y que se rompió durante la gestión de su antecesor, Jair Bolsonaro. En esos años, se echó por tierra la defensa del multilateralismo -lo que se considera como una forma de "reducir las asimetrías entre los Estados"- y de diversificación de las relaciones comerciales y políticas, lo que hasta entonces le había permitido a Brasil convertirse en un actor político influyente a nivel global. También, se trata de materializar la idea que Lula manifestó desde que inició su campaña para su tercera presidencia: “Recuperar el prestigio internacional de Brasil y que el pueblo pueda comer tres veces al día”, una batalla que, sabe, no puede dar en soledad.

Unasur

La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) surgió formalmente en 2008, con la firma del Tratado Constitutivo por parte de los doce países de la región, en el marco de la llegada de presidentes con tendencias de izquierda y progresistas. A lo largo de los años, logró la puesta en funcionamiento de distintos espacios que lograron una gran dinámica como ser el Consejo Sudamericano de Defensa y el de Salud, con sus propios institutos.

“Una Unasur de cinco o siete países no es lo que resuelve los problemas de la región. La idea del presidente es tener a los 12 países unidos”, remarcó Figueredo e indicó que “no se tiene un modelo” de mecanismo para ser creado, en caso de que no se reactivara la Unasur. De todos modos, reconoció que existe un patrimonio, archivos e instituciones que podrían ser utilizados y aprovechados de ese organismo.

Entre 2018 y 2020, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay, Argentina, Ecuador y Uruguay decidieron denunciar el tratado y salirse del mecanismo creado en momentos en los que se las tensiones con Venezuela se hicieron más fuertes, con la llegada de presidentes con tendencias hacia la derecha. Este año, Argentina y Brasil decidieron retornar.

Mandatarios confirmados

Estarán los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Luís Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Irfaan Ali (Guyana), Mário Abdo Benítez (Paraguay), Chan Santokhi (Surinam), Luís Lacalle Pou (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela). Además, según supo este medio, también estará presente el venezolano Elvis Urbina, embajador representante permanente de Venezuela ante Unasur y representante legal del organismo.

En tanto, la actual presidenta de Perú, Boluarte, que no puede salir del país por motivos constitucionales, estará representada por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.

Formato del encuentro

Según se informó, los presidentes comenzarán a llegar desde el domingo y la jornada comenzará a las 9 de la mañana del martes, en el Palacio de Itamaraty. A las 10 se hará una foto oficial y luego el día estará dividido en dos instancias. En la primera, Lula será el encargado de dar la bienvenida para después pasar la palabra a sus pares. Cada uno contará con 15 minutos para una presentación. Tras el parate para el almuerzo, el encuentro tomará un formato de “retiro”, tal lo dijeron las autoridades brasileñas, en donde no habrá un punteo de temas, agenda ni tiempos estimados.

“La intención es que cada presidente pueda hablar lo más libremente posible”, afirmó Figueredo. Es que la propuesta busca, a su vez, limar las asperezas que persisten entre los dirigentes por las divergencias ideológicas, aunque sobre ellas ya hubo algunos gestos. Por ejemplo, Uruguay volvió a tener embajador en Venezuela después de siete años y el próximo presidente de Paraguay -Santiago Peña, que asumirá en agosto- sostuvo que quiere retomar el vínculo con el país a cargo de Maduro. Todo dado en el marco de reimpulso de las negociaciones entre oposición y Gobierno en Venezuela, acompañados por el colombiano Petro.

Para garantizar el "diálogo franco", además de la restricción a la prensa, también estarán limitadas las comitivas: habrá máximo dos asesores y los respectivos cancilleres. También, habrá tiempos para reuniones bilaterales. Pese a que el encuentro será cerrado, los mandatarios tendrán un espacio para acercarse a la prensa y hacer declaraciones, si así lo desean. Según confirmaron desde el Planalto a este medio, el presidente Fernández, ya solicitó una sala para ello. Aunque todavía no está definido, se prevé una declaración final, que estaría al mando de Lula. El cierre, para quienes se queden, será con una cena en el Palacio de la Alborada.