Combatientes kurdos fueron desplegados hoy alrededor de una cárcel de Siria que fue tomada por yihadistas del Estado Islámico (EI) y que mantienen como rehenes a cientos de menores, en otra escalada de aprestos tras varios días de combates que ya produjeron 154 muertos.
Las Fuerzas Democráticas Sirias, encabezadas por las milicias kurdas y con el apoyo de la coalición internacional que auspicia Estados Unidos, consolidaron hoy sus posiciones alrededor de la prisión de Ghwayran, en el noroeste sirio, con la intención de recuperar las instalaciones del centro penitenciario.
La semana pasada, más de un centenar de yihadistas atacaron con camiones bomba y armas pesadas esta cárcel, donde están encarcelados muchos miembros del Estado Islámico, entre ellos sus líderes, bajo la custodia de las fuerzas kurdas, según informó la agencia de noticias AFP.
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En cinco días de combates entre yihadistas y kurdos, 154 personas murieron, con 102 bajas entre los yihadistas, 45 entre los combatientes kurdos y siete civiles muertos, según el último balance de la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El objetivo de los kurdos por recuperar el control de la cárcel deberá enfrentarse con el hecho de que los yihadistas tomaron como "rehenes" para ser usados como "escudos humanos" a unos 850 menores de entre 12 y 18 años que estaban alojados en un sector de la prisión, según difundieron las Fuerzas Democráticas Sirias.
El Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef, según sus siglas en inglés) instó a proteger a esos niños y adolescentes, como también advirtió sobre "el peligro que estos niños resulten heridos o reclutados a la fuerza" por el Estado Islámico.
Por su parte, Save the Children aseguró haber recibido unas grabaciones de audio que apuntan a que ya hay víctimas entre los menores.
"Lo que escuchamos de la prisión de Ghwayran es profundamente angustioso. La información sobre niños asesinados o heridos es trágica e indignante", alertó Sonia Khush, directora de respuesta humanitaria de Save the Children para Siria.
"Todos los involucrados en los combates en la prisión de Ghwayran tienen la responsabilidad de proteger a estos niños de cualquier daño y los instamos a tomar todas las medidas posibles de inmediato para garantizar que estos niños puedan salir a salvo", remarcó.
Para la investigadora Sara Kayyali, de la ONG Human Rights Watch, estos menores "están atrapados" en la cárcel, y la mayoría tienen entre 12 y 18 años.
Kayyali dice haber recibido un mensaje de voz de un menor herido diciendo que en la cárcel "hay cadáveres por todas partes".
En este escenario, las autoridades kurdas impusieron un toque de queda de una semana en Hasakke, región donde está ubicada la cárcel.
Estos combates obligaron a huir a casi 45.000 personas que vivían en esa región, según informó el lunes la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Con información de Télam