El Parlamento italiano continuaba hoy las negociaciones para encontrar el "nombre compartido" de una dirigente que sea avalada por los 1.009 grandes electores que esta mañana votan por séptima vez la sucesión de Sergio Mattarella en la Presidencia de la República, tras una semana sin acuerdo entre la centroderecha y la centroizquierda.
Luego de seis votaciones sin resultado de lunes a viernes, el Parlamento inició este sábado a las 9.30 locales (5.30 de Argentina) la séptima votación para buscar destrabar la elección de la máxima jefatura del estado y tras pedidos explícitos desde los dos bloques para que se converja en el nombre de una mujer.
En ese marco, tanto la centroderechista Liga como el centroizquierdista Movimiento Cinco Estrellas se expresaron hoy a favor de trabajar para que una mujer llegue por primera vez a la Presidencia del país.
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"Sería bello, si hubiera un perfil válido, que a paridad de méritos fuera una mujer la Presidenta", lanzó el líder de la Liga Matteo Salvini.
La Liga, que ayer ya falló con la candidatura de la titular del Senado Maria Elisabetta Alberti Casellati, busca que la negociación gire en torno a los nombres de la diplomática y responsable de los servicios secretos Elisabetta Belloni o a la ministra de Justicia Marta Cartabia. El nombre de Belloni, de todos modos, encontró rápido el rechazo incluso de algunos de los partidos de su sector, como Fuerza Italia, además de sectores de centroizquierda.
También llegaron con posibilidades a la votación este sábado el premier Mario Draghi, el expresidente de la Cámara de Diputados Pierferdinando Casini, e incluso Mattarella, a quien un grupo del oficialismo aún evalúa pedirle un "sacrificio" para quedarse al menos un año más en el cargo.
Ayer, Mattarella obtuvo 336 votos en la segunda votación, el segundo número más alto de cualquier candidato desde el lunes, que volvieron a hacer sonar la posibilidad de su "bis" a última hora de la noche. El Presidente, de 80 años, avisó durante todo 2021 que no buscaría la reelección pese a estar habilitado por la Constitución para que el segundo mandato no se convierta en una regla de la política italiana.
Este sábado, de todos modos, fuerzas de los dos bloques anunciaron la abstención o el voto en blanco, mientras continúan las negociaciones que podrían derivar en un acuerdo recién para el eventual voto vespertino que se hará si no hay acuerdo en la votación de la mañana.
Otra opción que vuelve a ser considerada por analistas y legisladores es la de un nuevo intento del premier Mario Draghi para superar los vetos que tiene de parte de la Liga y del Movimiento Cinco Estrellas para poder pasar del Palacio Chigi al del Quirinal.
Draghi, impulsado por sectores del centroizquierdista Partido Democrático y que aparecía como un candidato firme al inicio de las votaciones, perdió puestos en la carrera a la Presidencia luego de los rechazos explícitos que recibió de las dos fuerzas con mayor cantidad de electores. Este sábado, Fuerza Italia desde la centroderecha se sumó a los vetos a Draghi.
De todos modos, su aprobada gestión al frente del Ejecutivo le da todavía chances para poder convertirse en el primer dirigente en pasar de forma directa del Palacio Chigi al Quirinal.
El expresidente de Diputados Pierferdinando Casini, elogiado por los sectores de centro de todos los bloques y que ayer alcanzó los siete votos, es otra de las opciones que podría ser compartido por todos los sectores en las próximas votaciones. Considerado una figura de "perfil político", tiene el respaldo explícito de parte del PD, de Italia Viva y de sectores de Fuerza Italia, plantearon fuentes parlamentarias a Télam.
Además del nombre que ocupará la Presidencia durante los próximos siete años, la elección del sucesor de Mattarella puede tener consecuencias sobre el Gobierno de Draghi, en su cargo desde febrero de 2021 en base a una designación del actual mandatario, que encabeza una coalición en la que están todas las fuerzas grandes menos la centroderechista Hermanos de Italia.
La sesión conjunta que reúne a 6 senadores vitalicios de designación presidencial, 321 senadores y 630 diputados elegidos en las elecciones de 2018 y 58 delegados enviados por las 20 regiones del país se reúne en "sesión conjunta" desde el lunes y busca darle a Italia un nuevo jefe de Estado para los próximos siete años.
Según la Constitución, las atribuciones del Presidente son limitadas, concentradas en la firma de leyes y el ámbito protocolar, mientras que la gestión cotidiana la lleva adelante el primer ministro.
En las primeras tres votaciones, el mínimo para ser elegido Presidente era de dos tercios (673 votos), mientras que a partir de la cuarta votación y hasta que se llegue a un acuerdo el umbral es el de mayoría simple, 505 apoyos.
Las votaciones continuarán hasta que las distintas fuerzas del país alcancen un acuerdo por un nombre que logre los votos necesarios. En 1978, por ejemplo, el socialista Sandro Pertini fue elegido tras 16 votaciones en 12 días, un horizonte que sin embargo las fuerzas políticas buscan evitar esta vez.
Con información de Télam