(Por corresponsal) La primera ministra italiana Giorgia Meloni consiguió hoy el "voto de confianza" de la Cámara de Diputados, primer paso para la ratificación parlamentaria que deberá completar mañana en el Senado, luego de exponer los ejes programáticos de su Gobierno con un discurso de más de una hora en el que afirmó que continuará siendo un "socio confiable" en la Unión Europea y en la OTAN, y marcó como "prioridad" disponer medidas para atenuar el alza del precio de la energía y hacer una reforma constitucional en sentido presidencialista.
Meloni, que desde el sábado encabeza un Ejecutivo de coalición con su fuerza de ultraderecha Hermanos de Italia y las derechistas Liga de Matteo Salvini y Fuerza Italia de Silvio Berlusconi como socios, obtuvo hoy 235 votos a favor y 154 en contra para obtener el aval legislativo requerido por la Constitución sobre 394 presentes, con cinco abstenciones.
"Esta es una gran responsabilidad en momentos fundamentales de nuestra democracia", planteó Meloni al inicio de un discurso en el que, acompañada por su Gabinete de 24 ministros, delineó las líneas centrales con las que espera gobernar "cinco años", en referencia a la duración de la composición actual del Parlamento.
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Meloni, primera mujer en la historia republicana en llegar al cargo, reconoció la "responsabilidad frente a todas las mujeres que tienen dificultades para que se vea su sacrificio cotidiano y a las que hicieron con su sacrificio la escalera para que yo hoy pueda subir y romper el pesado techo de cristal".
"Agradezco al pueblo italiano, único titular de la soberanía", agregó luego la líder conservadora, antes de recordar que su Ejecutivo es el primero en 14 años que llega a gobernar por el voto y no por acuerdos parlamentarios: "Este es un Gobierno político plenamente representativo de la voluntad popular".
"Estamos convencidos de que Italia necesita una reforma constitucional en sentido presidencial, respetuosa de la voluntad popular", agregó, tras recordar que la duración media de los Ejecutivos en el país es de menos de un año y medio.
"Buscaremos ir hacia un sistema de semi-presidencialismo como en el sistema francés: que quien gana pueda gobernar por cinco años", argumentó.
"Una reforma que garantice la estabilidad y restituya la centralidad a la soberanía popular, que permita a Italia pasar de una democracia de interlocución a una democracia decisiva", detalló la dirigente de 45 años.
Por el momento, el presidente de Italia es elegido por el Parlamento para un período de siete años, con la posibilidad de reelección.
"Queremos liberar las mejores energías de esta nación y garantizar a los italianos un futuro de mayor libertad, bienestar y seguridad", planteó Meloni.
"Italia hará sentir fuerte su voz dentro de las instituciones europeas, no para sabotear, sino para contribuir a enderezarlas a una relación más cercana a ciudadanos y empresas", profundizó luego.
"La Unión Europea para nosotros es la casa común de los pueblos europeos", ahondó para disipar dudas sobre la relación que tendrá su Gobierno dentro del bloque regional.
En ese marco, la dirigente de 45 años aseveró que "este Gobierno respetará las reglas en curso" en materia financiera dentro del bloque.
Meloni insistió durante la campaña electoral en la necesidad de "cambiar" algunos términos de las relaciones en Europa, aunque nunca había propuesto abandonar el bloque regional.
En el plano de la seguridad hemisférica, en el marco de la guerra en Ucrania, Meloni sostuvo que "la OTAN garantiza un cuadro de paz y seguridad" y aseguró: "Es deber nuestro contribuir plenamente porque, nos guste o no, la libertad tiene un costo".
"Italia seguirá siendo socio confiable de la alianza atlántica y apoyará al valiente pueblo ucraniano, no solo porque no podemos aceptar la guerra de anexión, sino también porque es la mejor manera de defender nuestro interés nacional", reforzó, acompañada en la sesión por sus dos vicepremiers: el ministro de Infraestructura Salvini y el canciller Antonio Tajani, de Fuerza Italia.
La referencia de Meloni al apoyo a Ucrania se da luego de que la semana pasada se filtraran audios de su socio Berlusconi criticando al mandatario de ese país, Volodimir Zelenski, y ratificando su amistad con el ruso Vladimir Putin, a quien la premier acusó hoy de ser el invasor de Kiev.
En un marco de alta inflación a partir de las subas en los precios del gas y de la luz, Meloni adelantó que tendrá como "prioridad frenar el aumento de la energía".
"Estamos en medio de una tempestad y nuestra embarcación sufrió algunos daños, pero los italianos nos dieron el encargo de llevarla a puerto", explicó.
Durante su mensaje de más de una hora, la premier dedicó además un mensaje implícito a las advertencias del Gobierno francés sobre un posible monitoreo a las acciones que tome Italia en el plano de derechos sociales como el aborto.
"Quien dice que quiere vigilar a Italia desde el exterior le falta el respeto al pueblo italiano, que no tiene lecciones que tomar", planteó en un discurso en el que también hizo hincapié en la necesidad de "sostener y tutelar" la natalidad, diversificar la matriz energética y apostar por el "trabajo como fuente de dignidad", con una aplaudida cita del papa Francisco.
Además, remarcó que tendrá "desprecio e inflexibilidad" con las mafias del país, que prohibirá la "inmigración ilegal" y que promoverá medidas para facilitar el acceso de las mujeres al mercado laboral.
Con pasado en formaciones herederas del fascismo, Meloni planteó hoy que "nunca" tuvo "simpatías" por el fascismo y prometió luchar contra el antisemitismo y toda forma de discriminación.
En ese punto, la presidenta de la comunidad judía de Roma, Ruth Dureghello, consideró "apreciable y significativo" el discurso de la premier.
Con información de Télam