Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hace una semana, el 14 de agosto, que el aumento de los casos de viruela símica (Mpox) representa una “emergencia de salud pública de importancia internacional”, las miradas se dirigieron al continente africano, el territorio que registra la mayor cantidad de casos y que no posee los recursos económicos para enfrentar el avance de este virus. Mientras muchos países empezaron a levantar barreras y tratar de aislarse de posibles contagios, las autoridades sanitarias africanas piden ayuda y, ante todo, solidaridad para evitar repetir los errores que facilitaron, en parte, la explosión de la pandemia de coronavirus.
Prueba de que este tipo de epidemias no se pueden contener fácilmente es que los contagios no tardaron en aparecer en otras partes del mundo, incluso en la Argentina, donde ya hay al menos nueve casos confirmados. La aparición de esta afección volvió a instalar las mismas preguntas de los tiempos del Covid 19 acerca de la producción y distribución de vacunas, ya que hasta el momento solo dos laboratorios las han patentado, y que han visto crecer los valores de sus acciones de manera exponencial en las últimas semanas.
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El Mpox fue detectado por primera vez en humanos en 1970 en la actual República Democrática del Congo (RDC, ex Zaire). Es una enfermedad viral que se transmite del animal al humano, así como por contacto físico estrecho con una persona infectada por el virus. Algunos de los síntomas son fiebre, dolores musculares y lesiones cutáneas. Es la segunda vez en dos años que la OMS declara esta emergencia, además de detectar la aparición de una nueva cepa llamada clado Ib. El martes, Hans Kluge, director europeo de la OMS aclaró que la viruela del mono (como se la conoce en los medios), independientemente de si es una cepa nueva o antigua, "no es el nuevo Covid-19", ya que las autoridades saben cómo controlar su propagación.
Por el momento, el ministro de Salud de la RDC, país que es el epicentro de casos en África y el mundo, Roger Kamba, aseguró el lunes que el número de casos es de 16.700 y 570 muertes, en lo que va de 2024. Sin embargo, ni los llamados a producir más vacunas ni las voces de los especialistas que descartan comparar al Mpox con la última pandemia de coronavirus calmaron los ánimos en el continente africano. Y es que el antecedente de la pandemia de Covid 19, así como la emergencia por Mpox de 2022, les recuerda las malas prácticas de naciones que decidieron aislarse y preservar recursos -desde vacunas hasta barbijos- aun cuando no eran las más afectadas. Más concretamente, en el caso del Mpox, ninguna de las vacunas -fuera de los ensayos clínicos- estuvo disponible en la República Democrática del Congo (RDC) ni en África, donde la enfermedad es endémica desde hace décadas, mientras que sí lo estaban en Europa y Estados Unidos. Por eso, la OMS pide a los países con reservas de vacunas que las donen a los países con brotes de Mpox.
Otra vez, la guerra por las vacunas
La presión de la agencia de la ONU no es gratuita. Después de que el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunciara el nuevo status global del Mpox debido al repunte de casos en la RDC y otros países de África, el precio de las acciones de la firma danesa Bavarian Nordic (BAVA.CO), productora de la vacuna MVA-BN, la más extendida actualmente para tratar la dolencia, creció casi un 50%. Sin embargo, en los días siguientes tuvieron una leve baja a partir de la moderación de los pronósticos más alarmistas. En tanto, el laboratorio KM Biologics, con sede en Japón, también produce una vacuna, la LC16, pero que a diferencia de la anterior, lo hace a pedido. "La LC16 es una vacuna que no se comercializa, sino que se produce por encargo del gobierno de Japón. Hay una reserva considerable de esta vacuna", detalló el viernes pasado la vocera de la OMS Margaret Harris. Y si bien la OMS -así como tampoco las autoridades de salud de la Unión Europea- no recomendó aún la vacunación masiva, sí alentó a los laboratorios a elevar la oferta. "Necesitamos que los fabricantes aumenten su producción para que tengamos acceso a muchas, muchas más vacunas", declaró Harris.
La especialista indicó que hay medio millón de dosis de MVA-BN en stock, mientras que otros 2,4 millones de dosis podrían producirse rápidamente, si hubiera un compromiso (y dinero) por parte de los compradores, y que para 2025, podrían producirse otros 10 millones de dosis, previa solicitud de compra. Por su parte, Bavarian Nordic, fabricante de MVA-BN, precisó que comunicó a los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (conocidos como CDC, por sus siglas en inglés) que podría suministrar 2 millones de dosis este año, pero solo si empieza a trabajar de inmediato centrándose en la Mpox en lugar de en otras vacunas. En consecuencia, dijo que empezaría a desviar recursos a las vacunas contra este tipo de viruela incluso antes de que le realicen pedidos, en función de las conversaciones que mantuvo con la OMS. Por su parte, Jean Kaseya, directora de los CDC de África, dijo que existen conversaciones con esa firma para permitir la producción local de vacunas, lo que ayudaría a bajar el precio.
El Destape consultó a fuentes de la industria de la salud, con base en Ginebra, sobre el estado de las negociaciones y estas aseguraron que la Organización Mundial del Comercio (OMC) aún no tomó decisiones en torno a la comercialización de las vacunas para el Mpox y que, en caso de adoptar alguna, debería ser tomada por el Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), cuya próxima reunión ordinaria está prevista para principios de noviembre. No obstante, y a petición de cualquiera de los 165 miembros de la organización, el asunto podría abordarse antes y en otros órganos consultivos. Pero por el momento, ningún miembro dio el paso (aunque podría deberse al receso del hemisferio norte). También recordaron que el acuerdo de los ADPIC incluye flexibilidades que permite que terceros utilicen los derechos de propiedad intelectual sin el consentimiento de los titulares. “En la mayoría de las leyes sobre patentes se prevé la posibilidad de invalidar los derechos de patente por motivos de interés público, una serie de medidas que incluyen la concesión licencias obligatorias a petición de las partes interesadas, y el uso por parte de las autoridades públicas o terceros autorizados por ellas”, aseguraron, pero no dieron detalles de cuán frecuente es esta práctica.
En tanto, la RDC espera recibir sus primeras dosis la semana próxima, después de que Estados Unidos y Japón le prometieran ayuda, según declaró el lunes pasado el ministro de Sanidad congoleño, Samuel Roger Kamba Mulamba, en una conferencia de prensa. En la misma línea, el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón afirmó en un comunicado enviado por email a la agencia de noticias Reuters que se estaba preparando para suministrar al Congo vacunas y agujas en cooperación con la OMS y otros socios. El Ministerio “tiene la intención de proporcionar todo el apoyo posible”, declaró Masano Tsuzuki, jefe de sección de su división de prevención y control de enfermedades infecciosas. En paralelo, también se activó el grupo mundial de vacunas Gavi, el cual declaró la semana pasada que disponía de hasta 500 millones de dólares para hacer llegar las vacunas a los países afectados por el creciente brote de viruela africana. “Gavi se ha ofrecido a facilitar las vacunas y nosotros hemos aceptado”, declaró el ministro de Sanidad del Congo.
Además de las vacunas e insumos médicos, las autoridades de salud del continente africano están pidiendo solidaridad a la comunidad internacional, en vez de cortar todos los vínculos. “Pido claramente a nuestros socios que dejen de pensar en prohibiciones de viajar a África, eso nos devolverá al trato injusto del periodo Covid y no ayudará al mundo a avanzar”, demandó Kaseya durante una conferencia de prensa el martes. Según esta agencia de salud pública de la Unión Africana, que apoya las iniciativas de los Estados miembros en esa materia, solo en la última semana se registraron unos 1.400 nuevos casos y 24 muertes relacionados con la nueva variante de la viruela símica. Kaseya demandó más consideración del mundo con estos países: “Necesitamos solidaridad, necesitamos que nos proporcionen el apoyo adecuado, esta vacuna es cara”, dijo y agregó: “No castiguemos a África”.
El virólogo congoleño, el profesor Jean-Jacques Muyembe, llamó a recordar las lecciones aprendidas de Covid 19 en cuanto a distanciamiento e higiene, así como asegurarse de que la gente practica sexo seguro, tal y como se fomentó para evitar el VIH. “Debemos poner todo esto en marcha de nuevo y no perder de nuestra memoria lo que hemos aprendido de enfermedades pasadas, para aplicarlo y salvar vidas”, dijo, según citó el diario The Guardian.