El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, rechazaron hoy haber orquestado la crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, donde miles de migrantes permanecen desde hace días bloqueados bajo temperaturas heladas y condiciones precarias.
"Quiero que todo el mundo lo sepa. No tenemos nada que ver con eso", afirmó Putin en declaraciones a la candena Vesti, luego de que Polonia y otros países occidentales acusaran esta semana a Moscú de haber orquestado con Minsk el envío de migrantes a la frontera.
El mandatario ruso responsabilizó a los países occidentales por la crisis, al señalar que sus políticas en Medio Oriente fomentaban a los migrantes a querer ir a Europa.
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No obstante, instó a los líderes europeos a hablar con el presidente bielorruso, cuya mandato no es reconocido por la Unión Europea (UE), para resolver la situación, tal como señaló estaba dispuesta a hacerlo la canciller alemana, Angela Merkel.
Lukashenko, por su parte, exigió hoy "pruebas" sobre su responsabilidad al respecto, según consignó la agencia de noticias Europa Press.
"Que me pongan las pruebas sobre la mesa. Que me digan un solo responsable o empresario que esté financiando esto", dijo en una entrevista con la publicación rusa Defensa Nacional, en la que responsabiliza directamente a Merkel por haber abierto las puertas de su país a los inmigrantes en 2015.
"¿Le parece que tengo dinero que despilfarrar? Si estoy patrocinando esta situación, enséñeme pruebas", insistió.
Lituania, Letonia y Polonia llevan meses denunciando una avalancha de cruces ilegales desde Bielorrusia y acusan a Minsk de orquestar una crisis migratoria -entregando visados e incluso fletando vuelos- para desestabilizar a la UE en represalia por las sanciones del bloque, que acusó al mandatario de fraude electoral en los últimos comicios de 2020.
Pero la situación se ha deteriorado desde el pasado lunes, cuando cientos de personas intentaron pasar juntas la frontera y fueron rechazadas por los guardias fronterizos polacos.
Polonia no autoriza el ingreso de los migrantes, provenientes de Medio Oriente y África, mientras que las autoridades bielorrusas no los dejan regresar, por lo que se encuentran atrapados en tierra de nadie a medida que las temperaturas descienden cada día con la llegada del invierno.
Según Bielorrusia, cerca de 2.000 personas -entre ellas mujeres y niños- permanecen en la zona fronteriza, mientras que Polonia eleva la cifra entre 3.000 y 4.000.
La policía polaca anunció este sábado el hallazgo del cadáver de un joven sirio en un bosque cercano a la frontera, reportó la agencia de noticias AFP.
Esta muerte elevaría a 11 el número de víctimas mortales de la crisis migratoria en en esa zona, en base a estimaciones de los medios de comunicación.
Los policías también informaron de que, en esa misma región, "un centenar" de personas intentaron cruzar nuevamente la frontera de manera irregular durante la noche.
"Cuando vieron a los policías y a los soldados, las personas que se encontraban del lado bielorruso se escaparon en el bosque", detalló la policía en un comunicado.
En tanto, los guardias fronterizos polacos acusaron a las fuerzas bielorrusas de destruir la barrera fronteriza provisoria con la ayuda de un vehículo y señalaron que las fuerzas polacas fueron enceguecidas con "rayos láser y efectos estroboscópicos", según publicaron en Twitter.
Hasta ahora, los migrantes, kurdos en su mayoría, aguardaban en carpas y quemaban leña para calentarse, pero las autoridades bielorrusas anunciaron hoy la entrega de ayuda humanitaria a las personas bloqueadas.
"La parte bielorrusa está haciendo todo lo posible para proporcionarles lo que necesitan. Se ha entregado agua, leña y ayuda humanitaria", dijo Igor Butkevich, jefe adjunto del comité estatal de fronteras a la agencia estatal Belta.
Mientras tanto, la tensión sigue creciendo en la frontera y ambos países han desplegado sus tropas.
La crisis podría profundizarse incluso la próxima semana, ya que el bloque europeo prevé ampliar las sanciones contra Bielorrusia por "trata de personas", según aseguró hoy el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en una entrevista con el diario francés Le Figaro.
Con información de Télam
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