Los jefes de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, y estadounidense, Antony Blinken, concluyeron hoy en Ginebra conversaciones "útiles y sustanciales" sobre la actual tensión en Ucrania, aunque sin mostrar sobre la mesa algún tipo de avance concreto para apaciguar la crisis, aunque tras el encuentro todas las partes involucradas en la confrontación enviaron mensajes hostiles.
Blinken afirmó, tras la reunión, que la semana que viene dará una respuesta escrita a Rusia sobre sus preocupaciones en materia de seguridad ante el avance de las operaciones de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN) en Europa del Este.
Además, insistió en que su país está dispuesto a responder a "una agresión de Rusia, aunque no sea militar", pidió a su homólogo pruebas de que no desea invadir Ucrania y exigió que retire las cerca de 100.000 tropas rusas en la frontera.
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"Estamos comprometidos con la vía de la diplomacia para intentar resolver nuestras diferencias. Pero si eso resulta imposible y Rusia continúa con la agresión contra Ucrania, daremos una respuesta unida, rápida y severa", afirmó Blinken en la conferencia de prensa posterior a la reunión, reportó AFP.
Por su parte, Lavrov reiteró su llamado a Washington a influir en Kiev para cumplir con los Acuerdos de Minsk, documentos que sientan la base para una solución pacífica del conflicto en el este de Ucrania.
"Otra vez, tanto hoy como cuando recibimos a la ministra de Exteriores alemana y en contactos con nuestros colegas franceses, destacamos con firmeza que es hora de dejar de tolerar lo que hace el régimen de Kiev y obligarlo a cumplir con lo que no fue simplemente prometido, sino fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU", dijo Lavrov citado por la agencia de noticias Sputnik.
"Blinken fue informado de que si (Washington) continúa haciendo caso omiso a las preocupaciones legítimas de Rusia, relacionadas principalmente con la exploración militar del territorio ucraniano por EEUU y sus aliados de la OTAN en el contexto de un despliegue a gran escala de las fuerzas y los medios de la alianza cerca de nuestras fronteras, tendrá las consecuencias más graves", dijo luego Lavrov, citado en un comunicado en el sitio web de la Cancillería rusa.
Pese a mantener sus diferencias, los diplomáticos coincidieron en calificar como "útiles y sustanciales" las conversaciones que mantuvieron por más de dos horas en un hotel de lujo a orillas del lago de Ginebra.
Rusia apoya desde hace años a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania en un conflicto que dejó más de 13.000 muertos desde 2014, el mismo año en que Moscú se anexionó Crimea, en respuesta a una revolución prooccidental en Kiev.
Ucrania acusó hoy a Rusia de seguir aumentando el envío de armas, municiones y equipos militares al territorio controlado por los separatistas en el este, incluidos "varios tanques".
Por su parte, el presidente de la Cámara baja rusa, Viacheslav Volódin, anunció que el Parlamento debatirá la próxima semana una petición para que el mandatario Vladimir Putin reconozca la independencia de los dos territorios separatistas de Donestk y Lugansk.
Tras el encuentro en Ginebra, la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, anunció que el presidente Joe Biden será informado mañana por Blinken y se reunirá este fin de semana en Camp David con su equipo de seguridad nacional para analizar la crisis en la frontera entre Rusia y Ucrania.
La OTAN reaccionó tras el encuentro de Ginebra con un rechazo a la exigencia planteada por Rusia de que retire sus tropas de Bulgaria y Rumania.
"Las exigencias de Rusia crearían miembros de la OTAN de primera y de segunda clase y eso no lo podemos aceptar", dijo la portavoz del organismo, Oana Lungescu, quien añadió que la alianza militar transatlántica "no renuncia" a defender y proteger a sus integrantes.
Rusia pide la firma de acuerdos para que la OTAN cese su proceso de ampliación y retorne a la arquitectura de seguridad construida en Europa tras el fin de la Guerra Fría y la disolución de la Unión Soviética.
En la actualidad, la OTAN mantiene estacionados en Rumania unos 1.000 soldados estadounidenses, unos 140 italianos y 250 polacos, aunque Francia ya anunció que está dispuesta a enviar tropas para reforzar la presencia de la alianza en ese país.
En tanto, Bulgaria selló un acuerdo con Estados Unidos por un campo de entrenamiento para 2.500 soldados, con un máximo de 5.000 en periodos de rotación de personal.
Estonia, Letonia y Lituania tensaron aún más la cuerda y anunciaron hoy que enviarán misiles antitanque y antiaéreos para ayudar a Ucrania a defenderse de "una posible agresión rusa".
Los tres países bálticos, exrepúblicas soviéticas que integran la OTAN, precisaron en un comunicado que enviarán misiles estadounidenses Javelin y Stinger tras haber obtenido, a principios de semana, la autorización del Pentágono.
"Ante el aumento de la presión militar de Rusia sobre Ucrania y sobre la región, los Estados bálticos decidieron responder a las necesidades de Ucrania y ofrecer una ayuda adicional en defensa", señala un comunicado conjunto.
"Esperamos sinceramente que Ucrania no tenga que usar esas armas", declaró el ministro de Defensa lituano, Arvydas Anusauskas, citado por la agencia de noticias AFP.
"Los Estados bálticos instan a Rusia a cesar su comportamiento agresivo e irresponsable", añadió, afirmando que las armas se entregarán "en un futuro próximo".
La reunión de Ginebra completó una gira por Europa de Antony Blinken con sus aliados ucranianos, alemanes, franceses y británicos.
En un discurso en Australia, la ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, acusó a Rusia de querer recrear la Unión Soviética e instó a Putin "a dar un paso atrás".
"El Kremlin no ha aprendido las lecciones de la historia. Sueña con recrear la Unión Soviética, o una especie de Gran Rusia que reparta el territorio en función de la etnia y la lengua", manifestó.
Con información de Télam