El ministro de Economía alemán, el ecologista Robert Habeck, afirmó hoy que los recientes recortes en el suministro del gas ruso a países europeos constituyen un "ataque" que busca "sembrar el caos en el mercado energético" del continente, en el marco de la invasión de Rusia a Ucrania y la pulseada energética entre los países occidentales y Moscú.
"La reducción del aprovisionamiento de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 es un ataque contra nosotros", denunció Habeck en Berlín, en un discurso ante empresarios.
Se trata de un "ataque económico" que fue "llevado a cabo de forma deliberada" por el presidente ruso, Vladimir Putin, prosiguió, según informó la agencia de noticias AFP.
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"Ya hemos visto esta forma de actuar en varias ocasiones, con la reducción de las entregas de gas a Bulgaria, Polonia y Dinamarca", puntualizó el ministro y agregó que sus medidas pretenden "sembrar el caos en el mercado europeo de la energía".
Estas declaraciones se producen luego de que el domingo último el gobierno alemán anunciara medidas de urgencia que involucran un mayor uso del carbón para asegurar el suministro de energía ante los recortes del gigante ruso Gazprom.
El anuncio supuso un giro de 180 grados para el Gobierno alemán del canciller federal Olaf Scholz, que es una coalición entre su partido conservador CDU, otro liberal y otro ecologista y que había prometido abandonar el uso de carbón antes de 2030 como forma de contener el calentamiento global.
En ese momento, Habeck evaluó que era "amargo" pero el plan que prevé el reabastecimiento antes del invierno boreal de los depósitos a través de una inversión inicial de unos 15.750 millones de dólares a través del banco estatal KfW "indispensable para reducir el consumo de gas".
El paquete de medidas anunciado hoy también prevé un sistema de "subastas" para la venta de gas a las industrias, lo que permitiría, según Berlín, reducir el consumo del poderoso sector manufacturero alemán.
Previo al anuncio del plan de Alemania, Gazprom había informado la reducción de un 40% y luego de un 33% en el suministro de gas, a través del gasoducto Nord Stream 1, del mar Báltico, argumentando retrasos en la reparación de las turbinas compresoras por parte de la empresa Siemens Energy.
Pero para las autoridades alemanas se trata de una "decisión política".
Con información de Télam