Los líderes de la Unión Europea (UE) debatieron hoy en Praga una respuesta común a la crisis energética y al aumento de las facturas al consumidor a raíz de la guerra en Ucrania, aunque sin adoptar ninguna medida concreta en medio de divisiones internas.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, resumió el sentimiento generalizado al afirmar en el cierre de la cumbre que "Rusia disparó un misil energético contra el continente Europeo".
Sin embargo, añadió que las discusiones mantenidas en la capital checa fueron "una etapa", camino a la cumbre que los mismos líderes realizarán a fines de octubre en Bruselas en la que sí se espera alguna definición concreta.
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De acuerdo con Michel, los líderes europeos comparten la "ambición común" de definir y adoptar medidas que permitan reducir los precios de la energía, pero reconoció que persisten diferencias sobre cómo lograrlo.
Los líderes del bloque volverán a reunirse el 20 y 21 de octubre en la capital belga y se espera que para entonces la Comisión Europea presente un mapa más concreto de medidas a ser adoptadas en forma coordinada.
Una quincena de países pidió públicamente la adopción de un precio tope a todo el gas natural importado a la UE, aunque un grupo encabezado por Alemania expresó su oposición a la iniciativa.
Un informe técnico de la Comisión apuntó que tal medida generaría más problemas que las posibles soluciones, y sugirió que la adopción de ese tope se limite al gas que se importa desde Rusia.
Para la Comisión, esta alternativa permitiría reducir las facturas de la energía y al mismo tiempo privar a Rusia de recursos para financiar la invasión de Ucrania, consignó la agencia de noticias AFP.
La UE ya decidió cesar sus compras de petróleo ruso por mar a partir del 5 de diciembre, y lo tendrá difícil para que terceros países acepten el tope sobre los precios del petróleo ruso decidido con el G7.
Sobre todo después de que esta semana la OPEP+, la alianza de los 13 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderados por Arabia Saudita, y sus diez socios, encabezados por Rusia, decidió recortar drásticamente su producción para sostener los precios.
La prioridad para los países europeos es evitar un sentimiento de "sálvese quien pueda" que termine por agudizar la crisis con medidas que dejen de lado la cooperación.
Hace una semana, Alemania avanzó en medidas unilaterales, cuestionadas por sus socios, al anunciar un enorme plan de 200.000 millones de euros para proteger su economía de la crisis energéticas.
Con información de Télam