En las últimas horas se supo el resultado de la investigación interna sobre las fiestas que fueron celebradas en la residencia Downing Street, en Londres, donde el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, habría participado en al menos tres estaban en la más dura cuarentena. Allí se detalló que hubo un "grave incumplimiento" de las normas del confinamiento y pone en jaque su permanencia como premier.
Esto se desprende de la investigación realizada por la vicesecretaria permanente de la Oficina del Gabinete británico, Sue Gray, quien condenó la falta de liderazgo en Downing Street y consideró que "varias" reuniones no deberían haberse permitido o se desarrollaran de la forma en que lo hicieron. El informe reveló evidencia de consumo de alcohol en exceso y mostró que el personal no fue capaz de plantear sus preocupaciones sobre las infracciones a las reglas en la residencia oficial del Gobierno durante la cuarentena.
"Al menos algunas de las reuniones representan un incumplimiento grave no solo de los altos estándares que se esperan de quienes trabajan en el corazón del gobierno, sino también de los estándares que se esperan de toda la población británica en ese momento", dice el trabajo citado por la agencia de noticias AFP.
Johnson, cuyo puesto pende de un hilo debido al escándalo que se suscitó por estos hechos, se defendió hoy ante los diputados y enfatizó: "Lo entiendo y lo arreglaré". Por otro lado, agregó: "Sé cuál es la pregunta: '¿se puede confiar en que este gobierno cumpla?'. Sí se puede".
Tras investigar un total de 16 reuniones sociales, desde celebraciones de Navidad hasta fiestas de cumpleaños o despedida acontecidas en 2020 y 2021 en dependencias gubernamentales, Gray concluyó en que "hubo fallos de liderazgo y juicio por diferentes partes en Downing Street y en la Oficina del Gabinete en diferentes momentos". "Algunas de las reuniones en cuestión representan un grave fallo al cumplimiento de los estándares", subrayó.
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Sin embargo, el informe es muy impreciso, dado que 12 de ellas están siendo investigadas por la policía y esta pidió que no solo se haga una referencia "mínima" a la fuerza para evitar interferencias.
Esto retrasó una semana la entrega y publicación del informe, que tuvo que ser modificado para divulgar una "versión" reducida, razón por la cual no detalla quién organizó y participó en las fiestas, cómo se desarrollaron ni cuánto sabía el premier.
Johnson, amenazado desde hace semanas por una posible moción de censura en su Partido Conservador -que de arrebatarle el liderazgo de la formación lo desalojaría también del Ejecutivo-, se escudó en esa pesquisa policial, que puede tardar semanas o meses, para eludir respuestas. La clase política británica, y sobre todo los diputados conservadores que contemplan sumarse a la rebelión contra Johnson, esperaban nerviosamente las conclusiones de la investigación interna de Gray, que también denunció un "consumo excesivo de alcohol inapropiado en cualquier lugar de trabajo".