La crisis de refugiados de Siria fue más grande que la de Ucrania en cantidad de personas desplazadas, aunque no se desarrolló a un ritmo tan rápido como la que ocurre actualmente en el este de Europa ni generó una respuesta solidaria como la que muestra hoy el continente.
El inicio de la guerra en Siria en 2011 provocó que desde entonces más de 6,7 millones de personas huyeran fronteras afuera, de acuerdo a datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Turquía alberga a cerca de 3,6 millones de refugiados sirios en virtud de un acuerdo que firmó en 2016 con la Unión Europea (UE), interesada en frenar la llegada masiva de inmigrantes y solicitantes de asilo.
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Es que desde 2015 intentó llegar a Europa un enorme flujo migratorio proveniente principalmente de Siria y de Afganistán, país que tiene a 2,6 millones de desplazados en el exterior, la mayoría hoy en Irak y Pakistán.
Si bien el continente mostró en ese momento algunas expresiones de solidaridad traducidas en medidas concretas, como fue el caso de Alemania, la cuestión del reparto de responsabilidades con los refugiados de Medio Oriente generó profundas y amargas divisiones en la UE.
El bloque se vio desgarrado entonces por una disputa sobre las llamadas cuotas de distribución y el debate sobre si todos los países, incluyendo aquellos con limitado o nulo acceso a las fronteras externas, estaban o no obligados a colaborar.
En el caso del gran éxodo sirio esto llevó a que la mayoría no alcance Europa y se encuentre en Turquía, Jordania y el Líbano.
"A día de hoy, la mayoría de los refugiados sirios en la región viven en la pobreza. Las perspectivas son duras para los más vulnerables, entre ellos madres solteras, niños que viven sin un cuidador y personas con discapacidades", manifestó hoy Boris Cheshirkov, portavoz de Acnur.
Esto contrasta con lo ocurrido con los refugiados ucranianos, a quienes por unanimidad y en un tiempo récord se les concedió un régimen de protección temporal dentro de la UE, utilizando un mecanismo que había sido definido en 2001 pero nunca utilizado.
La diferencia se explica por la proximidad geográfica de Ucrania, un país vecino a la UE, y por el hecho de que la guerra impulsada por Rusia está ligada a "cuestiones de seguridad que van más allá del marco de Ucrania y conciernen a todo el continente europeo", dijo Marie De Somer, especialista en migración del centro de reflexión European Policy Centre, a la agencia de noticias AFP.
Más allá de la solidaridad europea, otro componente inédito es la velocidad en la que está ocurriendo el desplazamiento: en 20 días, más de tres millones de ucranianos huyeron del país, mientras que esa marca se alcanzó con el éxodo sirio a los tres años de iniciado el conflicto.
En un contexto más global, la cifra de refugiados de Ucrania sigue por debajo de los cerca de 4 millones de venezolanos que se fueron del país, la gran mayoría viviendo hoy en otros países de la región.
Además, está por arriba de otras crisis de los últimos años, como las 2,3 millones de personas que escaparon de Sudán del Sur por los conflictos internos y la inseguridad alimentaria y que fueron recibidos en Etiopía, Sudán y Uganda.
O los 1,1 millones que huyeron de Myanmar, país que vive hace años en un contexto de violencia étnica interna y que desde hace más de un año está gobernado por una junta militar que reprime cualquier protesta.
Con información de Télam
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