El expresidente ucraniano Petro Poroshenko regresó hoy a su país, a pesar de la amenaza de ser detenido por "alta traición", un caso que podría provocar una crisis política interna en medio de tensiones con Rusia.
Poroshenko, que llevaba un mes fuera de Ucrania, pasó el control de pasaportes a toda prisa, alegando después que los guardias fronterizos habían intentado no dejarlo entrar, informó la agencia de noticias AFP.
Tras un breve discurso ante varios miles de sus partidarios reunidos frente al aeropuerto, Poroshenko se dirigió a un tribunal de Kiev para una audiencia en la que debía decidirse si se decreta la prisión preventiva del exjefe de Estado y opositor al presidente Volodimir Zelenski.
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Durante la sesión, la fiscalía pidió al tribunal que autorice el arresto del expresidente o que le imponga una fianza de unos 30 millones de euros acompañada de la imposición de una pulsera electrónica.
Además, pidió a los jueces obligar a Poroshenko a permanecer en Kiev y a entregar su pasaporte.
Las autoridades "nos tienen mucho miedo", declaró el exmandatario antes de la audiencia. "Han dirigido todos sus esfuerzos no a la protección del Estado contra el agresor [ruso], sino a la lucha contra la oposición", afirmó ante un millar de sus partidarios delante del tribunal.
Acompañado de sus abogados y varios diputados en la sala del tribunal, Poroshenko acusó además a las autoridades de favorecer a Rusia con las acusaciones en su contra.
El enemigo "quiere vencernos desgarrando a nuestro país y sembrando el conflicto", declaró.
Poroshenko acusa a su sucesor de haber ordenado su enjuiciamiento para "desviar la atención" de los verdaderos problemas del país.
El expresidente de 56 años es el principal rival del actual mandatario y uno de los hombres más ricos de Ucrania: su fortuna está estimada en 1.600 millones de dólares por la revista Forbes.
Las autoridades sospechan que durante su presidencia (2014 a 2019) facilitó la compra de carbón a empresas del este de Ucrania, controlado por los separatistas prorrusos, en guerra con Kiev, por lo que en diciembre anunciaron que era sospechoso de "alta traición", un delito que se castiga con 15 años de prisión.
Los hechos se remontan a 2014 y 2015 y suponen unos 54,8 millones de dólares.
A principios de enero, un tribunal de Kiev ordenó la congelación de los bienes del expresidente y actual diputado, que posee una gran empresa de confitería, Roshen, y dos canales de televisión.
Poroshenko rechaza las acusaciones y Estados Unidos, principal aliado de Ucrania frente a Rusia, dijo que "sigue de cerca" el caso.
El expresidente se vio implicado además en decenas de casos judiciales.
Ucrania vive desde 2014 un conflicto en el este del país entre las fuerzas de Kiev y los separatistas prorrusos que ya dejó más de 13.000 muertos y que comenzó después de que Moscú anexionara la península de Crimea.
Ucrania teme una invasión de su vecina Rusia.
Pero Moscú niega cualquier plan de ofensiva militar, al tiempo que exige que los estadounidenses y los europeos se comprometan a no aceptar nunca el ingreso de Ucrania en la OTAN, una demanda rechazada hasta ahora.
En este contexto, Kiev acusó ayer sin pruebas sólidas a Rusia de estar detrás de un gran ciberataque que tuvo como objetivo las páginas web de varios ministerios la semana pasada.
Con información de Télam