Los 27 países de la Unión Europea (UE) acordaron hoy imponer un techo de 60 dólares al barril de petróleo ruso, una medida inédita que apunta a erosionar una fuente clave para Moscú para financiar su invasión a Ucrania y que llega después de tres días de intensas discusiones.
La medida sigue el acuerdo alcanzado en el G7 para un fijar un tope entre 65 y 70 dólares al crudo ruso, y está dirigida al petróleo transportado por mar y no afectará al que llegue a Europa a través de oleoducto, después de la excepción lograda por Hungría y otros socios europeos sin salida al mar que argumentan su gran dependencia del petróleo ruso.
Polonia, que reclamaba un precio mucho menor, dejó de lado sus objeciones y la medida se oficializará este fin de semana, adelantó el representante polaco ante la UE, Andrzej Sados.
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El dispositivo fue elaborado en coordinación con los países del G7 de las economías occidentales más avanzadas, y en particular con Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
La decisión se aprobará a través del procedimiento escrito simplificado con el que el Consejo adopta la medida sin necesidad de que se vuelvan a reunir los embajadores de los Veintisiete.
La Casa Blanca saludó el acuerdo alcanzado en Bruselas, que, según el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, "ayudará a limitar la capacidad de (el presidente ruso Vladimir) Putin de beneficiarse del mercado petrolero para financiar una máquina de guerra que continúa matando ucranianos inocentes".
Rusia recaudó unos 70.000 millones de dólares de sus ventas de crudo a los países de la UE desde el inicio de la guerra de Ucrania en febrero, según Phuc-Vinh Nguyen, experto en temas energéticos del Instituto Jacques Delors, una suma mayor al presupuesto militar anual ruso.
El mecanismo de la UE prohibirá a los buques cisterna transportar petróleo ruso hacia los países de la UE a un pecio superior a los 60 dólares.
La UE estableció también un mecanismo corrector para lograr que el tope se revise periódicamente y se sitúe al menos el 5 por ciento por debajo del precio de mercado.
Las aseguradoras europeas tampoco podrán firmar pólizas superiores al tope de 60 dólares, en este caso en busca de limitar los ingresos obtenidos por Rusia de sus exportaciones a países como China e India, que no imponen ningún tipo de sanciones a Moscú.
Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo y, sin esas medidas, le resultaría fácil hallar nuevos mercados.
Los países del G7, por su lado, brindan servicios de seguros al 90% de la carga mundial y la UE es un actor importante en el transporte marítimo.
El barril de petróleo de los Urales, principal referencia del crudo ruso, se cotiza actualmente en torno a los 65 dólares, apenas por encima del tope impuesto por la UE, por lo cual la medida tendrá un impacto limitado a corto plazo.
Polonia, un estrecho aliado de Ucrania, proponía fijar un tope a 30 dólares, según varias fuentes, pero las potencias occidentales deben tener en cuenta los intereses de las aseguradoras británicas y de los armadores griegos de buques mercantes.
También debió medirse que el tope fijado sea superior al de los costos de producción, para evitar que Rusia corte sus exportaciones.
"Imponer un tope a los precios del petróleo es algo nunca visto. Entramos en terreno desconocido", apuntó el experto Phuc-Vinh Nguyen, según la agencia de noticias AFP.
La semana pasada, sabedor de la discusión en el seno de la UE, Putin advirtió sobre las "graves consecuencias" que acarrearía cualquier intento de imponer un tope al precio del petróleo.
Y Rusia ya advirtió que no entregará petróleo a los países que pretendan imponer un precio tope a sus exportaciones del hidrocarburo.
El lunes, además, entra en vigencia la prohibición de la UE a los países del bloque -adoptada en octubre- a comprar petróleo ruso por mar, una medida que elimina dos tercios de las compras europeas de crudo ruso.
Esos instrumentos llegan varios meses después de los embargos al crudo ruso impuestos por Estados Unidos y Canadá, y a semanas de que Alemania y Polonia pongan fin a sus importaciones a través de un oleoducto.
La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, celebró el pacto de hoy porque "cada dólar cuenta" y, aunque reconoció su intención de un precio aún menor, consideró que es "el mejor compromiso" que se pudo alcanzar.
"No es ningún secreto que queríamos que el precio fuera más bajo. Nuestros expertos estiman que un precio entre 30 y 40 dólares es lo que perjudicaría sustancialmente a Rusia. Sin embargo, este es el mejor compromiso que pudimos conseguir hoy", señaló Kallas en un comunicado citado por la agencia Europa Press.
Con información de Télam