Un grupo de legisladores de Perú presentó hoy otro proyecto para remover del cargo al presidente Pedro Castillo, quien ya enfrentó hace meses una iniciativa en el mismo sentido, apenas horas antes de que el mismo legislativo debatiera el voto de confianza al gabinete, el cuarto nombrado por el mandatario desde su asunción.
Impulsada por el diputado Jorge Montoya, de Renovación Popular, la moción de vacancia sumó 50 firmas, aunque necesitaba apenas 26 para poder ser presentada.
Para que la moción de vacancia sea admitida a debate se precisan 52 votos, de los que la oposición parece haber quedado ahora cerca. El texto enumera "cuestionadas designaciones, declaraciones problemáticas y situaciones poco transparentes" para sostener que Castillo tiene "incapacidad moral" para ejercer el cargo.
En noviembre se había presentado un proyecto en el mismo sentido, en aquel momento por la congresista de Avanza País Patricia Chirinos, pero en la discusión en el pleno faltaron muchos votos para que fuera debatido. "Tal como lo habíamos anunciado, esta mañana se presentó la moción de vacancia presidencial contra el presidente Castillo con un total de 50 firmas; en estos momentos se encuentran verificando las firmas digitales, para que pueda ser colgado en el portal del Congreso y donde corresponda", indicó el congresista Alejandro Muñante.
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El legislador ratificó el "compromiso" de avanzar en la moción porque es "una alternativa para salir de la crisis política en la que nos encontramos". La nueva moción suma una complejidad para el Ejecutivo de Castillo, que buscaba esta noche el voto constitucional de confianza para su gabinete.
El titular del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, expuso los lineamientos generales de su plan y subrayó la necesidad de convivencia entre el Ejecutivo y el legislativo.
Es la tercera vez, en siete meses de la gestión de Castillo, que un gabinete se somete a un proceso de investidura y, al igual que en las ocasiones anteriores, se estima que los votos de las bancadas no serán monolíticos, ya que el tercer equipo duró solo una semana y no llegó a afrontar el requisito constitucional de la confianza parlamentaria. El gabinete necesita la mitad más uno de los 130 votos posibles en el pleno. Si no lo logra, está obligado a renunciar, y Castillo debe designar otro jefe de Gabinete.
Si el Congreso rechaza dos veces al equipo elegido por el mandatario, éste puede disolver el cuerpo y convocar a comicios parlamentarios extraordinarios.