Perú se mantenía en vilo desde el domingo a la noche noche a la espera del resultado del balotaje presidencial, en el que la derechista Keiko Fujimori aventajaba al sindicalista de izquierda Pedro Castillo por apenas seis décimas de punto, con 50,42% a 49,58% de los votos válidos, según los primeros datos oficiales publicados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Al cierre de esta nota, se escrutaron el 89,57% de las actas.
A su vez, la ONPE adelantó que el primer reporte oficial se divulgaría a partir de las 23.30 (la 1.30 de mañana en la Argentina). En ese contexto, Castillo llamó por Twitter a los fiscales de su partido, Perú Libre (PL), a “estar atentos a defender cada voto”, y al “pueblo peruano”, a “estar vigilantes en la defensa de la democracia”. "Esperaremos los resultados de la ONPE y nos pronunciaremos entonces", agregó poco después ante sus seguidores desde el balcón de su casa en Tacabamba.
En tanto, el candidato a primer vicepresidente de Fuerza Popular (FP, el partido de Fujimori), Luis Galarreta, aseguró que su agrupación reconocería el resultado de los comicios, sea cual fuere. Más de 25 millones de ciudadanos estuvieron en condiciones de elegir al próximo presidente de Perú en segunda vuelta, en elecciones que se desarrollaron en general con normalidad, según autoridades y observadores extranjeros.
La ONPE reportó que al mediodía ya estaba funcionando la totalidad de las mesas. “Observamos una evolución muy positiva en relación con la primera vuelta en cuanto a la instalación de mesas, mucho más temprano”, afirmó el jefe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), el excanciller paraguayo Rubén Ramírez, a la radio RPP.
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A la vez, la Misión reportó “normalidad en los centros de votación” en todo el país, en un mensaje en Twitter. Tras votar en una escuela en Tacabamba, en el departamento norteño Cajamarca, Castillo afirmó que vivía la jornada "con esperanza y tranquilidad", y exhortó a la unidad de los peruanos para "poder sacar adelante al país".
Castillo reveló que esperaría los primeros resultados de los comicios en Tacabamba, en vez de trasladarse a Lima, porque estaba preocupado por la salud de sus padres, que sin embargo fueron también a votar. Fujimori votó esta tarde en un colegio del barrio limeño Surco y, tras hacerlo, felicitó a "los abuelitos y abuelitas" que asistieron a las urnas "pensando en sus hijos y sus nietos" y son "los héroes del Bicentenario".
"Sabemos que esta jornada tuvo incidentes y esperamos que los organismos internacionales tomen cartas en el asunto", dijo Fujimori en relación con denuncias según las cuales militantes de PL distribuyeron boletas marcadas en los alrededores de varios centros de votación. La apoderada nacional de PL, Ana María Córdova, aseguró que "es totalmente falso que haya cédulas marcadas" a favor de su partido, en un comunicado que el propio Castillo divulgó en Twitter.
Sin embargo, la ONPE reportó tres casos de llenado irregular de boletas de votación, dos de ellos entre dirigentes de PL y el restante, de una apoderada de Fuerza Popular (FP), el partido de Fujimori. La directora de Capacitación de la ONPE, Cledy Gutiérrez, aseguró que los casos de boletas adulteradas eran "aislados".
Sería un caso similar al de los últimos comicios presidenciales, en 2016, cuando Pedro Pablo Kuczynski derrotó a Fujimori con 50,12% a 49,88% -con una diferencia de apenas 40.000 votos entre 17 millones de sufragios- y el ganador solo pudo ser proclamado varios días después de la jornada electoral.
Castillo y Fujimori pasaron a la segunda vuelta con 19,06% y 13,37% de los votos válidos, respectivamente -entre los dos sumaron menos de un tercio de los sufragios-, con 18,21% de votos en blanco o nulos y 29,88% de inasistencia, según el escrutinio oficial de la ONPE.
En la primera vuelta compitieron 18 candidatos presidenciales, la segunda cantidad más alta en la historia de Perú. Con el objeto de reducir el ausentismo y evitar la propagación del coronavirus, la ONPE instaló cerca de 12.000 centros de votación -el triple de lo habitual- y extendió el horario de acceso a las urnas. Asimismo, el gobierno suspendió por esta jornada las restricciones a la circulación y la vacunación contra la Covid-19, y aplazó hasta las 23 la entrada en vigencia del toque de queda, para facilitar la asistencia de votantes.