El ex presidente peruano Alejandro Toledo llegó este domingo a Perú extraditado desde Estados Unidos para ser procesado por corrupción y lavado de dinero en el marco del mega escándalo de sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht a varios dirigentes políticos, en una trama que no se limitó a esas fronteras e incluye a gran parte de la región.
Toledo, de 77 años, llegó a Lima, la capital peruana, en un vuelo desde Los Ángeles y bajo custodia de agentes de la Interpol. En el aeropuerto internacional Jorge Chávez fue recibido por fiscales y policías, informó la agencia de noticias AFP.
El ex presidente es acusado de haber recibido millones de dólares de Odebrecht a cambio de licitaciones para obras públicas durante su gobierno, entre 2001 y 2006. Los fiscales piden 20 años y seis meses de cárcel, y después de muchas negociaciones, lograron que Estados Unidos accediera a su extradición. Tras esa decisión, Toledo se entregó a pedido de un juez la mañana del viernes en un tribunal federal en San José, California, para la fase final del proceso.
Poco después de aterrizar en Perú, Toledo fue sometido a un examen médico legal y un control judicial a cargo de un juez, para confirmar su identidad y ser procesado oficialmente por el Poder Judicial de su país.
MÁS INFO
Una vez cumplidos esos trámites, fue trasladado al penal Barbadillo, dentro del cuartel de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes). En ese mismo lugar están recluidos también los ex presidentes Pedro Castillo (2021-2022) y Alberto Fujimori (1990-2000). Allí el recientemente extraditado deberá cumplir 18 meses de prisión preventiva a la espera de que se inicie el juicio en su contra.
Toledo niega todas las acusaciones en su contra y presentó varias peticiones para bloquear la extradición, que Perú buscaba desde 2018 y que Estados Unidos autorizó recién en febrero.
Él había sido detenido en 2019 en suelo norteamericano, donde residía tras haber trabajado en la Universidad de Stanford. Inicialmente fue encarcelado, pero en 2020 fue puesto bajo arresto domiciliario con la obligación de usar una tobillera electrónica.
Con información de Télam