Turquía envía a Arabia Saudita el caso del asesinato del periodista saudita Khashoggi

07 de abril, 2022 | 06.50

Turquía cerró hoy el juicio en ausencia a 26 sauditas por el asesinato del periodista saudita crítico de la monarquía de su país, Jamal Khashoggi, y lo envió a Arabia Saudita, una decisión criticada por organizaciones de derechos humanos.

El periodista, de 59 años y colaborador del diario estadounidense The Washington Post, fue asesinado el 2 de octubre de 2018 en el consulado saudita en Estambul, donde fue estrangulado y posteriormente desmembrado. Su cuerpo nunca se halló.

La última audiencia del juicio en ausencia contra 26 sauditas abierto en julio de 2020 apenas duró unos minutos antes de que el juez del tribunal de Estambul anunciara su decisión: "Hemos decidido transferir el caso a Arabia Saudita", dijo.

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El desenlace era esperado. En la audiencia previa, el fiscal había solicitado este traslado alegando que el caso "se ha demorado" porque las órdenes de la corte no pueden ser ejecutadas dado que los sospechosos son extranjeros.

Y el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, indicó la semana pasada que daría luz verde a esta petición de la fiscalía.

Necesitada de inversiones en medio de una grave crisis económica, Turquía tenía prisa en cerrar este asunto y reanudar sus relaciones con Arabia Saudita, cuyo príncipe heredero Mohamed bin Salman quedó salpicado por este suceso.

"Aquí no estamos gobernados por una familia como en Arabia Saudita. Tenemos un sistema judicial que responde a las quejas de los ciudadanos: a este título, presentaremos recurso", indicó ante el tribunal la prometida de Khashoggi, Hatice Cengiz.

Para ella, la Fiscalía turca satisfacía las "demandas sauditas". "Sabemos muy bien que las autoridades no harán nada. ¿Cómo podemos imaginar que los asesinos se investigarán a ellos mismos?", afirmó, informó la agencia de noticias AFP.

Uno de sus abogados, Gokmen Baspinar, aseguró que "esta decisión de transferir el caso va contra la ley" y "constituye una violación de la soberanía turca".

"No hay ninguna acción judicial en Arabia Saudita. Las autoridades sauditas ya han cerrado el proceso y decidió absolver a numerosos sospechosos", indicó el letrado.

Organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron este intento de enterrar el proceso judicial contra los 26 acusados, de los que dos eran allegados del príncipe heredero, apodado MBS.

Para Erol Onderoglu, representante de Reporteros Sin Fronteras en Estambul, la decisión "envía una señal aterradora sobre el respeto que Turquía otorga a la libertad de prensa".

"El tribunal ha aceptado trasladar a Arabia Saudita así, en una frase, sin siquiera (advertir) a los abogados del rechazo de sus peticiones", se indignó en Twitter Milena Büyüm, representante de Amnistía Internacional en Turquía.

La secretaria general de AI, Agnes Callamard, había investigado el asesinato en 2019 como relatora especial de la ONU y alertado en su informe de "pruebas creíbles" de vínculos de MBS con el asesinato y su intento de encubrimiento.

"Turquía estará devolviendo voluntaria y conscientemente el caso a manos de quienes son responsables", afirmó antes de conocerse oficialmente el cierre del juicio.

Un informe de los servicios de inteligencia estadounidenses acusó al príncipe heredero de haber "validado" el asesinato, ejecutado por un comando de agentes llegado de Arabia Saudita que se deshizo después del cuerpo.

Tras haber negado el asesinato, Arabia Saudita finalmente admitió que este se había cometido, pero por agentes sauditas que actuaron por su cuenta.

Inicialmente, cinco personas fueron condenadas a muerte por el asesinato, pero una corte saudita revocó la sentencia y decretó de hasta 20 años de cárcel a ocho acusados cuyas identidades no se revelaron en un opaco procedimiento judicial.

Para decepción de Arabia Saudita, Turquía siguió adelante con el caso, y el presidente Recep Tayyip Erdogan dijo entonces que la orden del asesinato "vino de los niveles más altos" del Gobierno saudita.

En los siguientes años, aunque de forma no oficial, Arabia Saudita ha tratado de presionar la economía turca con un boicot a sus importaciones.

Ahora, en medio de una crisis que ha hundido su moneda y ha disparado la inflación y un creciente aislamiento internacional que ha reducido las inversiones extranjeras, Turquía intenta acercarse a otras potencias regionales como Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Israel o la misma Arabia Saudita.

Su ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, visitó Riad, la capital saudita, el año pasado y Erdogan dijo en enero que planea viajar al reino.

Con información de Télam