El Ministerio de Justicia de Turquía aprobó hoy trasladar a Arabia Saudita el caso sobre el periodista Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado saudita en Estambul, pese a las críticas de la viuda y de organizaciones humanitarias.
El Gobierno de esta forma dio visto bueno a un pedido de un fiscal realizado el jueves de cerrar el proceso judicial en el país, ante el argumento que los acusados son extranjeros y no hay posibilidades de extradición, y trasladarlo a Riad.
La solicitud se produce en momentos en que Turquía busca un deshielo en las relaciones con Arabia Saudita, que empeoraron tras el asesinato del colaborador del diario estadounidense The Washington Post en el consulado saudita en Estambul.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La pareja sentimental de Khashoggi, Hatice Cengiz, lamentó que esta transferencia de competencias "es un caso claro en términos de demostrar el dilema al que hace frente la humanidad en la era moderna, entre vivir como seres humanos virtuosos o construir una vida a través de intereses materiales por encima de cualquier otro valor".
"Este sistema, que pone los intereses materiales por encima de lo demás, terminará por explotar, porque va contra la naturaleza humana. Este es un tema que debe preocuparnos a todos", zanjó, citada por la agencia de noticias Europa Press.
"Es un día oscuro para quienes llevan más de tres años haciendo campaña para que se haga justicia por el asesinato de Khashoggi. Al transferir el caso, Turquía lo enviará a sabiendas y de buen grado a las manos de los responsables", reaccionó por su parte Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía, en un comunicado.
El 2 de octubre de 2018, Khashoggi ingresó al consulado para hacer los trámites para casarse con Cengiz.
Según autoridades de Estados Unidos y Turquía, un escuadrón saudita que lo esperaba estranguló y desmembró el cuerpo del periodista crítico del reinado saudita, que nunca fue localizado.
El asesinato generó indignación internacional, y agencias de inteligencia occidentales aseguran que el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, autorizó el homicidio.
El príncipe heredero dijo que acepta la responsabilidad de Arabia Saudita en el caso, pero rechaza cualquier vínculo personal.
El Gobierno saudita asegura que el crimen fue obra de agentes que actuaron por su cuenta.
Con información de Télam