El Gobierno catalán culminó hoy el proceso de remodelación de un Ejecutivo, ahora en minoría y en solitario, tras la salida el viernes pasado del partido del expresidente catalán Carles Puigdemont de la coalición independentista que gobierna esta región del noreste de España.
"Abrimos una nueva etapa en la que seguiremos trabajando con toda la determinación", indicó el presidente Pere Aragonés, del partido Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), tras la primera reunión del nuevo equipo ya sin los integrantes de Junts per Catalunya (JxCat), fundada por Puigdemont, quien reside en Bélgica desde 2017 para esquivar a la Justicia española, pero mantiene su influencia en el ala más radical del independentismo.
Tras criticar al Ejecutivo de Aragonés por falta de compromiso con la independencia y su vínculo político con Madrid, un 55,7% de los militantes del partido de Puigdemont decidieron el viernes romper la colaboración mantenida con ERC desde las elecciones de 2015, en plena escalada soberanista, reportó la agencia de noticias AFP.
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Si bien la marcha de JxCat a la oposición dejó al Gobierno en una delicada minoría (apenas 33 diputados de los 135 que integran la Cámara regional), Aragonés descartó convocar elecciones y realizó una rápida reestructuración del gabinete con el que gobierna desde el año pasado.
En lo que fue interpretado como un guiño a posibles apoyos futuros, el domingo designó a tres consejeros cercanos a otros partidos progresistas o separatistas, junto a otros cuatro de ERC.
"Somos mucho más que independentistas, somos gente que trabajamos por el progreso, somos gente que trabajamos por la cohesión social, gente que trabaja para toda Cataluña", indicó hoy, garantizando que todo su equipo está comprometido con la autodeterminación.
De este modo, Aragonés da por zanjada la crisis que llevó a la ruptura definitiva de la coalición que, presidida entonces por Puigdemont, lideró el referendo de autodeterminación en 2017, pese a la prohibición de la justicia española.
Hoy Aragonés, en un intento por dar continuidad y fuerza a su Ejecutivo, presionó a CxCat para que apruebe el presupuesto que diseñó su consejero de Economía
Cinco años después de la fallida secesión de 2017, el separatismo está profundamente dividido sobre el camino a seguir ahora hacia la independencia, y mientras ERC impulsa con fuerza la negociación emprendida con el Gobierno del socialista Pedro Sánchez en Madrid, JxCat la considera inconducente y no renuncia a la vía unilateral.
Tras conocerse la ruptura de la coalición, Sánchez dijo abogar por la "estabilidad" en Cataluña, en lo que parecía una mano tendida para ampliar los acuerdos con ERC, que lo apoya en el Parlamento español.
"Al Gobierno del Estado lo que le reclamamos, y lo que le exigimos, es lo mismo que hacíamos la semana pasada, y lo que llevamos haciendo desde el inicio de legislatura: que afronte con toda valentía la resolución del conflicto político", replicó Aragonés.
Con información de Télam