(Por Matilde Suárez) Diversos colectivos culturales, reconocidos actores, actrices y directores de teatro y cine españoles denunciaron la censura de obras teatrales y películas que abordan temas de género y del colectivo LGTBIQ+ en varios municipios de España que, luego de los comicios de mayo, son gobernados por el conservador Partido Popular (PP) y la ultraderecha de Vox.
Las últimas elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo le dieron un aplastante triunfo al PP y Vox frente a la coalición progresista de gobierno, liderada por el Partido Socialista Español (PSOE), por lo que el presidente Pedro Sánchez decidió adelantar las elecciones generales para el próximo domingo.
En Valdemorillo, un municipio ubicado en la Comuna de Madrid kilómetros al norte de la capital española, el Ayuntamiento, compuesto por una amplia mayoría del PP y Vox, determinó la cancelación de la obra teatral "Orlando", basada en la novela homónima de Virginia Woolf, que aborda las complejidades de la sexualidad femenina, la artificialidad de los roles de género y la homosexualidad.
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Esta obra literaria ya había sido censurada en 1944 por el franquismo y recién pudo ser publicada en España en 1978.
En diálogo con Télam, Pablo Huetos, director de la obra, relató que el espectáculo llevaba más de 100 funciones en varias comunidades de España y que nunca habían tenido "ningún problema".
Sin embargo, luego de que Vox tomase a su cargo el área de Cultura de Valdemorillo, le informaron que se cancelaría la función que estaba prevista para el 25 de noviembre próximo.
El argumento esgrimido por las autoridades fue simple y concreto: "No le parecía apropiado que, como sucede en 'Orlando', un hombre se convirtiese en mujer" en el escenario.
"Una decisión del equipo de Gobierno", fue la justificación que recibió Huetos por correo electrónico.
"Han alegado que era por motivos económicos, pero eso es insostenible por una serie de datos que nosotros hemos ido mostrando públicamente, tales como que si hubiésemos hecho la función con el precio que tiene el espectáculo, si hubiese habido medio aforo, ya se habría recuperado la inversión. Y si lo hubiésemos llenado, el Ayuntamiento habría ganado dinero", relató el director.
En Briviesca, provincia de Burgos, fue censurada la obra "El mar", de Alberto Conejero y basada en la vida de Antoni Benaiges, un maestro republicano asesinado en 1936 por la dictadura de Francisco Franco.
La misma suerte corrieron "La villana de Getafe", obra de Lope de Vega, en la ciudad homónima, también gobernada por la derecha, y la película de Disney Pixar "Lightyear", en el municipio de Santa Cruz de Bezana, ubicado en la norteña provincia de Cantabria.
Prominentes figuras de la cultura española como Pedro Almodóvar, Aitana Sánchez-Gijón, Alba Flores y Juan Diego Botto han denunciado públicamente la censura, y viralizaron en Twitter el hashtag #StopCensura.
Huetos consideró que Vox es un "enemigo del colectivo LGTBIQ+" y que censura por una incomprensión de las metáforas del texto.
"Lo que propone Virginia Woolf no es un personaje que decide cambiar de sexo o cambiar de género. Lo que propone es una evolución de ese personaje que necesita después de ser varón durante 150 años. Entonces, es que o no lo han leído o no han entendido nada. La comprensión lectora la tienen un poco atrofiada", dijo el director teatral.
El politólogo e historiador gallego Xosé Manoel Núñez Seixas analizó que Vox busca poner el acento en "la guerra ideológica, la batalla cultural", para "marcar un perfil propio", a falta de una agenda económica que discutir con el PP en la disputa por el electorado.
"Mantienen que no existe violencia machista, que lo que hay es violencia intrafamiliar, lo cual es una estupidez como otra cualquiera, porque en 98% de los casos la violencia intrafamiliar es violencia machista. No quieren que la cuestión de la igualdad de género, los derechos LGTBIQ+, etcétera, tengan visibilidad, ocupen un lugar prominente en la agenda", reflexionó Núñez en diálogo con Télam.
Los temas que eligieron para esta batalla cultural son "la memoria histórica o la memoria crítica de la dictadura, por un lado, y por otro, todo lo relacionado con las cuestiones de género, es decir, la igualdad de género, los derechos del colectivo LGTBIQ+", que los consideran "un malgasto de tiempo y de recursos".
Núñez Seixas afirmó, además, que detrás de los partidos de derecha y ultraderecha hay importantes colectivos que son sobre todo ultracatólicos y neofranquistas católicos, para quienes cuestiones como el aborto, el matrimonio homosexual o la posibilidad de que los las parejas del mismo sexo puedan adoptar hijos es "una línea roja", es decir, "comunista", en su sentido más peyorativo.
El politólogo consideró que son movimientos que hacía 10 años eran "unos marginales absolutos", pero ahora tienen "cierta capacidad de marcar la agenda política" y dentro de esto se ubican los discursos negacionistas que peligrosamente van ocupando más terreno en la discusión política europea y americana.
"Hay una línea Estados Unidos, Argentina o Mundo Latino y España, está claro, pero también es una línea que es muy europea y que viene aquí de los ejemplos de Viktor Orbán en Hungría, que es probablemente el ejemplo que más les influye, el partido Ley y Justicia en Polonia, también gobernante, y ahora mismo la extrema derecha en Italia", explicó.
Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, la agenda de la ultraderecha apunta sus cañones a la cultura "oficial, progresista".
Según Pilar Cancela, responsable del Área de Políticas Migratorias y del Exterior del PSOE, estos hechos de censura "no deberían sorprendernos", ya que se trata de "medidas y reacción que están teniendo los gobiernos en los que el PP ha pactado con Vox".
Cancela sostuvo a Télam que "la ultraderecha siempre ha explicitado cuál era su manera de entender la sociedad. Una sociedad de pensamiento único, xenófoba, racista, que niega la violencia de género, que niega el derecho a reivindicar la igualdad efectiva con los hombres y sobre todo, también niega la diversidad, la libertad".
El ataque al mundo de la cultura se enmarca, entonces, en el cercenamiento de "la libertad para manifestar el pensamiento, la condición sexual, tu creencia religiosa o ausencia de creencia religiosa, tu opción política, tu implicancia en el cuidado del ambiente".
Se trata de un ataque a la "libertad de pensamiento, forma parte consustancial de la propia democracia", sostuvo Cancela.
La simbología no es menor: en las últimas semanas, en los municipios donde el PP y Vox formaron gobierno se retiraron las banderas de la comunidad LGBTIQ+, se cerraron las oficinas de atención a las mujeres que estaban en situación de violencia de género, e incluso han llegado a cancelar bicisendas.
En este sentido, la también licenciada en Derecho, explicó que quitar las banderas, incluso de otras comunidades autónomas, es "negar la propia estructura territorial de España, y no significa solo cuestionar la propia conformación del Estado, es también negar las banderas propias de esos territorios, las lenguas propias" que hacen a la identidad española.
"Esa dirección y ese ataque tan directo al mundo de la cultura tiene unas raíces muy profundas y no es casualidad", advirtió Cancela, al considerar que es algo "perfectamente orientado" por parte de la derecha y que se relaciona directamente con la comunidad española en el exterior, ya que el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, prometió derogar leyes como la de Memoria Democrática.
Esta normativa atañe directamente a la colectividad española en el exterior, en particular a nietos y nietas de españoles que quieran tramitar su ciudadanía gracias a la Ley de Nietos, sancionada el año pasado.
"Esto es como el cuento de Pedro y el lobo, pero el lobo ya está aquí", finalizó Cancela.
Con información de Télam