El Nobel de la paz entra de lleno en la guerra en Ucrania en apoyo a defensores de DDHH

07 de octubre, 2022 | 13.50

El premio Nobel de la Paz de este año entró de lleno a "jugar" en la guerra en Ucrania y fue entregado a defensores de DDHH de ese país y sus vecinos Rusia y Bielorrusia, un pronunciamiento que, sin nombrarlos directamente, critica a los gobiernos ruso y bielorruso en el día del cumpleaños 70 del jefe del Kremlin.

El galardón fue atribuido al activista bielorruso encarcelado Ales Bialiatski, a la ONG rusa Memorial -cuya disolución ordenaron las autoridades rusas hace un año- y al Centro por las Libertades Civiles de Ucrania.

"El comité Nobel noruego desea honrar a tres destacados estandartes de los derechos humanos, de la democracia y de la coexistencia pacífica en los tres países vecinos que son Bielorrusia, Rusia y Ucrania", declaró su presidenta, Berit Reiss-Andersen.

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Como preanunciaban los expertos, el comité Nobel quiso enviar un mensaje frente al conflicto bélico en Ucrania, que ha sumido a Europa en la crisis de seguridad más grave desde la Segunda Guerra Mundial, aunque sin hacer ataques directos a los presidentes bielorruso, Alexandr Lukashenko, y ruso, Vladimir Putin.

Reiss-Andersen destacó, no obstante, que el Ejecutivo ruso, "como el gobierno de Bielorrusia, representa un gobierno autoritario que reprime a los activistas por los DDHH".

Además, instó a Bielorrusia a liberar a Ales Bialiatski, presidente fundador del Centro de defensa de los Derechos Humanos Viasna ("Primavera"), encarcelado bajo acusación de evasión fiscal tras las manifestaciones masivas de 2020 contra la reelección de Lukashenko, considerada fraudulenta por los países occidentales.

La esposa de Bialiatski, Natalia Pinchuk, declaró a la agencia AFP que estaba "abrumada por la emoción", mientras que la líder opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya consideró que "el premio es un reconocimiento importante para todos los bielorrusos que luchan por la libertad y la democracia". 

En cambio, Bielorrusia criticó la decisión del comité. 

"En los últimos años, las decisiones -y hablamos del Premio de la Paz- están tan politizadas que Alfred Nobel se está revolviendo en su tumba", reaccionó en Twitter el portavoz de la diplomacia bielorrusa, Anatoli Glaz.

El secretario general de la ONU, António Guterres, subrayó a su vez que el premio "destaca el poder de la sociedad civil para hacer avanzar la paz".

"Los grupos de la sociedad civil son el oxígeno de la democracia, catalizadores de la paz, el progreso social y el crecimiento económico", dijo el portugués en un comunicado.

En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puntualizó que el galardón reconoció el "coraje extraordinario" de quienes se enfrentan a autocracias.

Los premiados "muestran el verdadero poder de la sociedad civil en la lucha por la democracia", apuntó Von der Leyen.

El premio consiste en una medalla de oro, un diploma y una suma de 10 millones de coronas suecas (unos 900.000 dólares) a repartir entre los ganadores.

El galardón será entregado en una ceremonia que tendrá lugar en Oslo el 10 de diciembre. Es el único de los premios Nobel que se entrega en la capital noruega, ya que el resto se otorga en Estocolmo, Suecia.

Bialiatski, encarcelado de 2011 a 2014 y detenido sin juicio desde 2020, fue uno de los pioneros del movimiento democrático que surgió en Bielorrusia en la década de 1980.

En 1996 fundó Viasna, que brinda apoyo a los manifestantes encarcelados y sus familias y documenta el uso de la tortura contra los presos políticos, reseñó Sputnik.

Miembro de la Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH), Viasna se convirtió rápidamente en un observador esencial de los ataques a los derechos, del recuento de detenidos, de la defensa de los presos o de la vigilancia de las elecciones.

Memorial, nacida en 1987 en la entonces Unión Soviética, se ha convertido en "la fuente de información de mayor autoridad sobre los presos políticos en los centros de detención rusos", según el Comité Noruego de Nobel, y "ha liderado los esfuerzos para combatir el militarismo y promover los derechos humanos y un gobierno basado en el Estado de derecho".

Catalogada desde 2016 como agente extranjero en Rusia, Memorial se negó reiteradamente a etiquetarse como tal, hasta que la Corte Suprema ordenó su disolución a fines de 2021.

Además de poner en marcha un centro de documentación sobre las víctimas del estalinismo, ha recopilado y archivado la información sobre la represión y las violaciones de los Derechos Humanos en Rusia.

Pero poco después de que se anunciara el premio, la ONG denunció el proceso abierto contra ella en Rusia.

"En el mismo minuto en el que todo el mundo nos felicita por el premio Nobel, se está produciendo un proceso en el tribunal Tverskoi (de Moscú) para requisar los locales de Memorial", denunció el centro de Derechos Humanos de Memorial.

El Centro para las Libertades Civiles (CCL, por sus siglas en inglés), fundado en Kiev en 2007, ha estado abogando por fortalecer la sociedad civil ucraniana, promoviendo el Estado de derecho y la afiliación de Ucrania a la Corte Penal Internacional.

En medio de la guerra con Rusia que comenzó el 24 de febrero de este año, procura identificar y documentar los crímenes de guerra.

Es una organización de derechos humanos dirigida por la abogada ucraniana Oleksandra Matviichuk.

Su labor, cuenta el Comité Nobel, "ha reforzado a la sociedad civil ucraniana y ha presionado a las autoridades para hacer de Ucrania una democracia completa".

Tras ser notificada del premio, Matviichuk escribió en sus redes sociales: "Los ejércitos hablan ahora, porque antes las voces de los defensores de derechos humanos no fueron escuchadas en nuestra región", y pidió además la creación de un tribunal internacional para juzgar a Putin.

"Es necesario crear un tribunal internacional y llevar ante la justicia a Putin, Lukashenko y a otros criminales de guerra", declaró Matviichuk en Facebook.

Con información de Télam