Paraguay pasa horas de mucha tensión política y social, mientras los casos de coronavirus se dispara, se acrecientan las protestas en contra del Presidente y una nueva denuncia desde le Poder Legislativo, que asegura que el Ejecutivo tuvo que postergar la entrega de miles de vacunas por, aparentemente, confundirse dos veces el destinatario de las transferencias.
Según afirman miembros de la Cámara de Diputados, el 13 de octubre de 2020 la cartera paraguaya de Salud concretó su primera compra de vacunas con el mecanismo Covax de la OMS en alianza con The Vaccine Alliance GAVI. Sin embargo el dinero fue enviado a la alianza de UNICEF y la Fundación Gates en lugar de a la Organización Mundial de la Salud. Por este error debieron cancelar los pagos y recuperar el dinero, lo que obligó a postergar radicalmente las fechas establecidas para el comienzo de la campaña de inmunización. Para peor, el error se repitió al poco tiempo, por lo que se siguió retrasando el envío de vacunas.
“El gobierno fue negligente en preparar el sistema sanitario para afrontar con solvencia la emergencia, pese a que contó con los recursos financieros y todas las herramientas legales y administrativas para hacerlo”, explican los diputados en un libelo acusatorio donde expresaron las causales por las que exigen el enjuiciamiento de los titulares del Poder Ejecutivo.
¿Qué pasa en Paraguay?
Al igual que en Brasil, el país guaraní atraviesa días muy complicados en relación a la pandemia por coronavirus. Se vienen registrando récords de contagios y muertes, lo que generó una preocupación aún mayor en la población. Desde el inicio de la enfermedad, en marzo pasado,181.414 casos confirmados de coronavirus, de los cuales 27.027 personas tenían la infección activa y 3.517 murieron por la enfermedad, según el último balance del martes del Ministerio de Salud. Como si fuera poco, los centros sanitarios están totalmente saturados y sin insumos para hacerle frente a la situación.
La población protesta y pide por vacunas mientras los enfermeros, enfermeras, médicas y médicos se manifiestan en las calles por las malas condiciones en las que deben enfrentarse al virus. La falta de insumos para las personas que se encuentran en unidades de cuidados intensivos y la lentitud para conseguir vacunas -casi no hay personas inmunizadas-, son las principales quejas. En el medio, la gente pide por la renuncia del presidente de Mario Abdo Benítez y a pocos kilómetros, en Formosa, la gente busca evitar retroceder en la etapa de aislamiento.
Paraguay está atravesando “la etapa más crítica de la pandemia” de coronavirus, después de haber adoptado hace un año algunas medidas “exitosas” que se vieron opacadas por una gestión administrativa que fue “el gran fracaso”, afirmó la exministra de Salud y actual senadora opositora Esperanza Martínez.
Las primeras medidas “fueron exitosas” y permitieron tener “resultados epidemiológicos muy buenos entre marzo y julio y comienzos de agosto, con pocos casos comunitarios por el gran aislamiento social y el apoyo de la sociedad”, dijo la legisladora a Télam Radio.
Pero “el gran fracaso fue la gestión administrativa de la pandemia” por parte del Ministerio de Salud, que apenas registra “36% de ejecución” de los fondos extraordinarios que se le asignaron y realizó “compras fallidas en todo lo que hace a la provisión de insumos, medicamentos y ampliación de camas”, agregó.
“Y desde diciembre comenzamos un ascenso en la curva de casos diarios nuevos, que en los últimos 15 o 20 días se incrementó exponencialmente, creemos que por la presencia de la variedad brasileña (del virus), que está creando una fuerte transmisibilidad”, subrayó Martínez, que pertenece al partido Frente Guasú del expresidente Fernando Lugo. A juicio de la senadora, “la población en este momento está pasando por la etapa de colapso prácticamente de todo el sistema, sobre todo hospitalario y de terapia intensiva”.
Además, indicó, “se han dado muchos casos de corrupción, muchos casos de dificultades de control en la gestión con venta de medicamentos del sector público en el sector privado, o de desviaciones, y eso ha producido una irritabilidad social, sumada a otras crisis del propio gobierno”.
“Entonces hoy estamos en la etapa ascendente de la epidemia, con la saturación de todas las camas en los servicios y con la gente en las calles desde hace más de 14 días, y se suman personas que se van adhiriendo desde el campo hacia la ciudad en este proceso de protestas pidiendo la salida del presidente y el vicepresidente de la República”, Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez, respectivamente.