El Papa Francisco se dispone a realizar un agotador viaje a dos países africanos en julio a pesar de los problemas de rodilla que lo han obligado a utilizar un bastón y una silla de ruedas en las últimas semanas.
El Vaticano publicó el sábado un programa completo para el viaje del 2 al 7 de julio a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Se había especulado con la posibilidad de posponer la visita a África, al igual que el viaje al Líbano previsto para junio.
El Papa, de 85 años, ha estado recibiendo tratamiento por un dolor de rodilla, que se cree que está causado por una rotura de ligamentos.
El ritmo del viaje sugiere que el Vaticano espera que la condición del Papa mejore en el próximo mes, aunque fuentes dicen en privado que es probable que use una silla de ruedas al menos una parte del tiempo. La visita incluye miles de kilómetros de viaje, cinco vuelos y al menos una docena de discursos.
Francisco pasará cuatro días en la República Democrática del Congo, visitando la capital, Kinshasa, y Goma, en la conflictiva región oriental, donde el embajador italiano, su guardaespaldas y su chofer fueron asesinados en una emboscada el año pasado.
El Gobierno ha declarado el estado de sitio y ha puesto algunas provincias bajo la ley marcial para hacer frente a los grupos armados que llevan a cabo ataques en la región. Entre ellos se encuentra el ADF, vinculado al Estado Islámico.
El programa incluye una reunión con víctimas de la violencia en la zona oriental del país.
La parada del 5 al 7 de julio en Juba, capital de Sudán del Sur, es una visita que se ha retrasado repetidamente por motivos de seguridad.
Sudán del Sur es un país predominantemente cristiano y Francisco realizará el viaje junto con el Arzobispo de Canterbury y el Moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia. Será la primera visita conjunta de este tipo de líderes de las tradiciones católica romana, anglicana y reformada.
En julio se cumple el undécimo aniversario de la secesión de Sudán del Sur. La guerra civil estalló dos años después, en 2013, causando 400.000 muertos.
Las dos partes principales firmaron una operación de paz en 2018, pero el hambre y los enfrentamientos mortales siguen siendo habituales en el país más joven del mundo.
Con información de Reuters