La Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), la oficina que gestiona los bienes muebles e inmuebles de la Santa Sede conocida como la "inmobiliaria del Vaticano", alcanzó en 2021 un patrimonio neto de casi 1.000 millones de euros, con más de 4.000 propiedades en Italia y cerca de 1.100 en el extranjero.
El APSA alcanzó en 2021 un patrimonio de 982 millones de euros, en aumento de 100 millones frente a 2020, según el balance de 100 páginas difundido hoy.
La oficina que gestiona los bienes muebles e inmuebles de la Santa Sede informó que gestiona con alquileres u otro tipo de formatos 4.086 propiedades de forma directa y otras 147 a través de sociedades en Italia y 1.123 propiedades entre Inglaterra, Suiza y Francia bajo gestión de firmas creadas a inicios del siglo XX.
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Además, el organismo tiene 9.3 millones de kilómetros cuadrados en terrenos de su gestión dentro del territorio italiano, planteó en una entrevista con medios vaticanos el presidente del organismo, el cardenal italiano Nunzio Galantino.
Según Galantino, la gestión inmobiliaria de los inmuebles le dio beneficios a la Santa Sede por casi 21 millones de euros en 2021, un aumento de 5,5 millones frente al año anterior, para un balance positivo que, incluyendo también los bienes muebles, alcanza los 38 millones de euros.
"Todos los ingresos de esta gestión viene utilizado para la misión de la Iglesia, es decir, para los gastos, también, de la Curia", precisó Galantino
La divulgación del balance, publicado por segundo año consecutivo luego de varios años sin información, fue defendida por Galantino como un acto de mayor transparencia del organismo.
"No es que el APSA no haya elaborado su presupuesto antes o que no se haya presentado el presupuesto a análisis y controles. Faltaba el momento de la publicación, el momento de comunicación. Un momento importante para brindar a quien quiera conocerlos elementos suficientes para formular un juicio informado y evitar decir trivialidades, como las que a veces escuchamos, sobre los bienes inmuebles o muebles de la Iglesia", planteó.
A fines de 2020, el papa Francisco aumentó los controles sobre las finanzas de la Santa Sede y le quitó el control de los fondos de caridad a la secretaría de Estado, luego de los escándalos por supuestas irregularidades en operaciones inmobiliarias que llevaron al procesamiento de cinco funcionarios y al inicio en 2021 del primer juicio contra un cardenal.
A partir del 1 de enero de 2021 "fondos y cuentas bancarias, inversiones, valores e inmuebles, incluidas inversiones en empresas y fondos de inversión" de la Santa Sede dejaron de ser administrados por la secretaría de Estado y pasaron a manos de la APSA, el ente que gestiona los inmuebles del Vaticano.
Con información de Télam