En una medida drástica y preventiva, el Gobierno de Aragón, en España, ordenó sacrificar 92.700 visones. La decisión fue tomada luego de que aumentaran los contagios de coronavirus entre estos los animales, según cuatro testeos realizados desde mayo, con los que se comprobó que hay “transmisión comunitaria”.
La decisión, basada en la ley nacional de Sanidad Animal, fue tomada por parte de las administraciones involucradas. Así lo informó en rueda de prensa el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona.
El funcionario explicó que la Dirección General de Calidad y Sanidad Alimentaria ya había procedido a la “inmovilización cautelar” de la granja, de la empresa Secapiel, el 22 de mayo, cuando siete de sus trabajadores dieron positivo por COVID-19.
De acuerdo a la agencia de noticias EFE, se realizaron cuatro testeos a los visones y el último concluyó con un 86,67% de la muestra como positivos. Además, esta misma semana otros dos empleados de la granja dieron positivo, por lo que el consejero insistió en tomar esta decisión por prevención y para preservar la salud pública.
Fue el “elevado grado de incertidumbre” el que llevó a tomar esta “drástica decisión”, que fue comunicada a la empresa, y la cual mostró su colaboración.