Represión en Jerusalén tras la salida del hospital del féretro de la periodista palestina

13 de mayo, 2022 | 10.21

(Agrega incidentes y represión durante el funeral)

Violentos incidentes se desataron hoy en Jerusalén cuando la policía israelí reprimió a golpes y bombas de estruendo a una multitud que acompañaba el féretro de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, asesinada anteayer en Jenin, en territorio de Cisjordania ocupada.

Imágenes transmitidas por Palestine TV y reproducidas en redes sociales mostraban que el ataúd de la periodista de Al Jazeera, que murió por un disparo en la cabeza durante una incursión israelí en Cisjordania, caía al suelo mientras los policías golpeaban duramente a la gente que ondeaba banderas palestinas.

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Las fuerzas israelíes irrumpieron en el recinto del hospital San José en Jerusalén este, sector palestino de la ciudad ocupado y anexado por Israel.

"Si no paran esos cantos nacionalistas, deberemos dispersarlos usando la fuerza e impediremos que se celebre el funeral", declaró a través de un megáfono un policía israelí, dirigiéndose a la muchedumbre, según un video divulgado por la policía.

Cientos de personas se habían reunido frente al hospital donde comenzó la procesión, muchas de ellas ondeando banderas palestinas y cantando, lo que la policía denominó "llamadas de incitación nacionalista".

Tras la represión, el periódico israelí Haaretz reportó que al menos 10 personas requirieron asistencia médica.

Los restos de la popular reportera cristiana de 51 años y nacida en Jerusalén este, serán enterrados cerca de la tumba de sus padres, en el cementerio de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

El funeral tiene lugar en un contexto de violencia continua y conmoción entre la población palestina y el mundo árabe, que había seguido durante más de dos décadas sus reportajes en la cadena Al Jazeera, pero también en Europa y Estados Unidos.

La policía israelí desplegó fuerzas adicionales y se ordenó el cierre de rutas a modo de prevención, debido a la gran cantidad de personas que se dan cita en el lugar, informó la agencia de noticias AFP.

Ayer, miles de palestinos le rindieron homenaje durante una ceremonia oficial en la ciudad cisjordana de Ramallah, sede de la Autoridad Palestina.

La periodista, que portaba un chaleco antibalas con el rótulo "Prensa" y un casco, cubría una operación militar en un campo de refugiados en Jenín, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.

En varios territorios palestinos surgieron protestas espontáneas y una calle de Ramallah fue rebautizada con su nombre.

El ejército israelí lanzó varias operaciones en las últimas semanas en el campo de refugiados de Jenín, bastión de las facciones armadas palestinas en el norte de Cisjordania, de donde proceden los autores de recientes atentados mortales en Israel. 

Hoy, un informe provisional de la investigación del ejército israelí señala que aún era imposible determinar si la bala que la mató fue disparada por soldados israelíes o militantes palestinos.

El origen de la bala mortal dio lugar a varias hipótesis. Al Jazeera acusó a las fuerzas israelíes de matar "deliberadamente" y "a sangre fría" a su periodista estrella. 

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, sugirió que "probablemente" había muerto a consecuencia de los disparos de combatientes palestinos. 

Pero unas horas más tarde, su ministro de Defensa, Benny Gantz, dijo que el ejército "no está seguro de cómo fue asesinada". "Puede haber sido un palestino el que le disparó (...) El disparo también puede haber venido de nuestro lado, estamos investigando", añadió.

"Necesitamos las pruebas forenses" de los palestinos, incluida la bala que mató a la periodista, para realizar una investigación "completa", añadió Gantz. 

Israel ha pedido a los palestinos la bala para que "se pueda llevar a cabo una investigación científica para rastrear el origen del disparo", dijo a la AFP una fuente de seguridad israelí.

Israel también ofreció a funcionarios palestinos y estadounidenses "estar presente" durante el examen, según la misma fuente. 

La Autoridad Palestina, dirigida por Mahmud Abbas, rechazó la idea de una investigación conjunta con Israel y acusó al ejército israelí de haberla matado.

"Consideramos a las autoridades de ocupación israelíes plenamente responsables de su muerte", dijo Abbas durante la ceremonia ayer, explicando su negativa a una investigación conjunta por el hecho de que "las autoridades israelíes cometieron este crimen y no confiamos en ellas". 

También dijo que quería remitir el caso a la Corte Penal Internacional (CPI). 

"La investigación debe ser completamente independiente", afirmó Husein Al Sheikh, un alto funcionario de la Autoridad Palestina, prometiendo hacer públicos los resultados "con gran transparencia". 

Bennett afirmó que, "lamentablemente, la Autoridad Palestina está impidiendo en este momento cualquier posibilidad de una investigación conjunta o incluso el acceso a las conclusiones básicas que son necesarias para llegar a la verdad".

Estados Unidos "condenó enérgicamente el asesinato" y pidió una investigación "transparente", preferiblemente conjunta entre israelíes y palestinos.

Con información de Télam