La policía isrealí demolió la casa de una familia palestina en Jerusalén Este

19 de enero, 2022 | 11.37

La policía israelí desalojó hoy a los residentes palestinos de una propiedad en el barrio de Sheikh Jarrah, convertido en un símbolo de la lucha contra la colonización en Jerusalén Este y escenario de fuertes tensiones desde hace meses, y demolió el edificio, dejando a unas 15 personas sin hogar en un día frío y lluvioso a raíz de un tenso enfrentamiento a principios de esta semana.

Policías israelíes acudieron durante la madrugada al domicilio de esta familia amenazada de expulsión desde 2017 y objeto de una campaña de respaldo en los Territorios Palestinos y en el extranjero, y evacuaron a las personas que se encontraban allí, según un video publicado por la policía, que llevó a cabo 18 arrestos durante el operativo.

La demolición antes del amanecer tuvo lugar en Sheikh Jarrah, donde los intentos de los colonos judíos de desalojar a los residentes palestinos de larga data provocaron protestas que el año pasado ayudaron a conducir a una guerra de 11 días entre Israel y los militantes de Gaza.

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"Durante la noche, la policía israelí ejecutó la orden de expulsión de edificios ilegales en un terreno previsto para una escuela destinada a niños que requieren cuidados especiales en Jerusalén Este", dijo la fuerza en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, condenó el desalojo, calificándolo de “crimen de guerra” y dijo que Israel tiene toda la responsabilidad por sus “graves repercusiones”.

En un comunicado de su oficina, pidió a Estados Unidos que “intervenga de inmediato para detener los continuos crímenes israelíes contra nuestro pueblo en Jerusalén”, informó la cadena de noticias CNN.

La policía israelí afirmó que la familia Salhiya se negó varias veces a "acceder a entregar el terreno", situado en Jerusalén Este, ocupada en 1967 y posteriormente anexada por Israel.

La familia Salhiya asegura que compraron la propiedad antes de 1967, cuando Israel capturó el este de Jerusalén, mientras que el Estado argumentó en contra de los reclamos de la familia en los tribunales.

El municipio arguye que la tierra siempre estuvo dividida en zonas para uso público y confiscó la propiedad en 2017, al tiempo que acusa a la familia Salhiya de ser ocupantes ilegales.

El caso estuvo en los tribunales durante varios años, y el año pasado un juez de Jerusalén falló a favor de la ciudad y autorizó el desalojo.

La familia apeló y está a la espera de una sentencia, pero el juez no congeló la orden de desalojo.

El lunes, poco después de la llegada de la policía para proceder al desalojo, miembros de la familia Salhiya se atrincheraron con un barril de nafta amenazando con inmolarse si los obligaban a abandonar la vivienda. Desde entonces, se intentaba negociar con ellos.

En mayo, manifestaciones de apoyo a familias palestinas amenazadas de expulsión en Sheikh Jarrah generaron choques con colonos y la policía israelí.

Estos disturbios fueron el detonante de un nuevo episodio de 11 días de violencia entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, un enclave palestino bajo bloqueo israelí.

Centenares de palestinos en el este de Jerusalén corren el riesgo de ser desalojados por organizaciones de colonos judíos, y miles se enfrentan a la amenaza de demolición debido a políticas discriminatorias que dificultan enormemente que los palestinos construyan nuevas viviendas o amplíen las existentes.

Más de 300.000 palestinos y 210.000 israelíes viven hoy en Jerusalén Este, estos últimos en colonias, consideradas ilegales según el derecho internacional.

Según la legislación israelí, si los judíos pueden demostrar que su familia vivía en Jerusalén Este antes de la guerra de 1948 y la creación del Estado de Israel, pueden pedir que se les devuelvan sus "derechos de propiedad".

Pero la ley no se aplica a los palestinos, pese a que las familias amenazadas de expulsión en Jerusalén-Este aseguran que sus casas fueron compradas legalmente a las autoridades jordanas, que controlaron esta parte de la ciudad entre 1948 y 1967.

Israel capturó el este de Jerusalén, junto con Cisjordania, en la guerra del Medio Oriente de 1967 y la anexó en un movimiento no reconocido por la mayoría de la comunidad internacional.

Israel considera que toda la ciudad es su capital y el municipio dice que está trabajando para mejorar los servicios para todos los residentes.

Los palestinos quieren que el este de Jerusalén sea la capital de su futuro estado, y el destino de la ciudad es uno de los temas más divisivos en el centenario conflicto israelí-palestino.

El estatus de Jerusalén es una de las cuestiones más delicadas del conflicto israelo-palestino, que dura desde hace más de medio siglo. Las negociaciones de paz están en punto muerto desde 2014.

Con información de Télam