Israel redujo provisionalmente la alerta aérea en medio de negociaciones mediadas por Egipto para frenar la última escalada de violencia que incluyó bombardeos a Gaza y al sur de Líbano. Fue después de interceptar cohetes lanzados desde esa zona, en un clima tenso tras los enfrentamientos entre la policía y los fieles palestinos ocurridos el miércoles pasado en la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén.
El Ejército israelí indicó que podría rebajar todavía más el nivel de alerta en las próximas horas si no hay más ataques aéreos en el sur del país, mientras que el movimiento palestino Hamás y la Yihad Islámica informaron a Egipto, que habitualmente actúa como mediador, que "van a continuar con los lanzamientos de cohetes, si Israel continúa sus agresiones y bombardeos". El detonante de estos últimos episodios es el desalojo violento que realizó la policía israelí el pasado miércoles en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, un lugar sagrado para el islam, en medio de las fiestas del Ramadán musulmán y la Pascua judía.
Una nueva escalada de violencia
El jueves, una treintena de cohetes fueron disparados contra Israel desde Líbano, en la mayor escalada desde 2006 en la frontera entre estos dos países, que técnicamente siguen en guerra tras varios conflictos. Poco antes de medianoche local, el ejército israelí respondió con bombardeos sobre Gaza y sobre Líbano contra "infraestructuras terroristas pertenecientes a Hamas" en el sur del país vecino, de acuerdo a Israel.
Desde abril de 2022 no se lanzaban cohetes desde Líbano hacia Israel, que entonces también efectuó ataques contra el país vecino. Sin embargo, este se trata del incidente más importante desde la guerra de 2006 contra el movimiento libanés Hezbollah. Pese a que la situación desescaló en las últimas horas, la violencia todavía persiste: dos mujeres israelíes murieron y una tercera resultó herida grave por un ataque a tiros contra el vehículo por el que circulaban cerca de un asentamiento en el norte de Cisjordania.
El ejército precisó que el auto fue atacado en el cruce de Hamra, en el norte del valle del río Jordán, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, y dijo haber iniciado la búsqueda de los "terroristas" que abrieron fuego, consignó la agencia de noticias AFP.
Más allá de este episodio, "los oficiales israelíes creen que la actual ronda de enfrentamientos terminó", según explican fuentes al diario local Yedioth Aharonoth, pendiente de lo que pueda ocurrir en las próximas horas en Gaza, Líbano y Jerusalén, donde miles de musulmanes acudirán a rezar tras la irrupción de las fuerzas de seguridad israelíes en la mezquita de Al Aqsa.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alertó ayer de una firme reacción ante los lanzamientos de misiles: "Golpearemos a nuestros enemigos y les haremos pagar el precio de cada agresión". En Gaza, el ejército israelí indicó que había bombardeado dos túneles y dos lugares de producción de armamento de Hamas, que controla este territorio sometido a un estricto bloqueo de Israel desde 2007.
El movimiento palestino condenó "en los términos más fuertes posibles la espantosa agresión israelí contra la Franja de Gaza asediada y Líbano" y dijo que haría a Israel "enteramente responsable de las consecuencias de una agresión tan grave".
Con información de Télam