(Agrega declaraciones de primer ministro israelí Bennett)
Miles de personas rindieron homenaje hoy a la reconocida periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, asesinada de un disparo en la cabeza durante un operativo militar israelí en Cisjordania, en medio de condenas internacionales, reclamos y protestas de cientos de palestinos en varias ciudades israelíes.
Varios líderes palestinos, diplomáticos extranjeros y una multitud participaron en la ceremonia oficial en Ramallah, donde se encuentra la sede de la Autoridad Palestina en Cisjordania y donde fue trasladado su féretro cubierto con una bandera palestina.
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La Autoridad Nacional Palestina (ANP), liderada por Mahmud Abbas, rechazó los llamados de Israel a realizar una investigación conjunta sobre la muerte de la periodista, ocurrida en la localidad de Jenín, en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, y adelantó que llevará el caso ante la Corte Penal Internacional (CPI), informó la agencia de noticias Europa Press.
"Hemos rechazado esto y hemos afirmado que nuestra investigación será llevada a cabo de forma independiente. Informaremos a su familia, Estados Unidos, Qatar y todas las autoridades oficiales y la población de los resultados de la investigación, con gran transparencia", dijo Husein al Sheij, miembro del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y asesor de Abbas.
En su cuenta en la red social Twitter, Al Sheij escribió que "todas las indicaciones, las pruebas y los testigos confirman que (la periodista) fue asesinada por unidades especiales de Israel".
"Israel ha pedido una investigación conjunta y que entreguemos la bala que mató a la periodista, pero nos negamos", agregó.
Frente a la negativa palestina de iniciar una investigación conjunta con Israel, como había pedido en un primer momento este país, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, solicitó a la Autoridad Palestina "cooperación total" en la pesquisa y la acusó de no colaborar.
"Desafortunadamente, la Autoridad Palestina en esta etapa está impidiendo cualquier posibilidad de una investigación conjunta o incluso el acceso a los hallazgos fundamentales necesarios para llegar a la verdad", expresó, según el diario The Times of Israel.
En tanto, el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, había afirmado horas antes que se necesitan las "pruebas forenses" de los palestinos, incluida la bala que mató a la reportera, para llevar a cabo una investigación "completa".
El Cogat, la unidad del Ministerio de Defensa israelí que supervisa las actividades civiles en los territorios palestinos, fue la que pidió a los palestinos "la bala encontrada en el cuerpo de Shireen Abu Akleh para que la división de investigación criminal de la policía militar pueda llevar a cabo una investigación forense para rastrear el origen de los disparos", dijo una fuente de seguridad israelí.
Según el forense palestino Rayyan Ali, que pudo examinar el cadáver, la periodista fue asesinada por una bala que la alcanzó "a gran velocidad" en la cabeza.
Israel ofreció a los responsables palestinos y estadounidenses "estar presente" durante el examen de la bala, e identificar, si es posible, el arma de la que procede, añadió la fuente.
Estados Unidos pidió una investigación "transparente", preferiblemente conjunta entre israelíes y palestinos, mientras que la ONU y la Unión Europea instaron a una investigación "independiente".
Por su parte, el ministro de la Diáspora de Israel y ex vocero militar, Nachman Shai, dijo hoy en una entrevista radial: Con el debido respeto hacia nosotros, digamos que la credibilidad de Israel no es muy alta en tales eventos. Y agregó: "Sabemos esto, se basa en el pasado".
La cadena qatarí Al Jazeera, para la que trabajaba la periodista, y los países árabes en la ONU acusaron al ejército israelí de la muerte.
Abu Akleh murió en el campo de refugiados de Jenín, bastión de las facciones armadas palestinas en el norte de Cisjordania, de donde proceden los autores de los recientes atentados perpetrados en Israel.
La muerte de la periodista se produjo en el marco de una operación para detener a varios palestinos buscados.
Centenares de palestinos realizaron protestas hoy por la muerte de la corresponsal en Jerusalén este y en las ciudades israelíes de Haifa y Nazaret, informó la policía.
"La Policía se encontró con alboroto y gritos de incitación en Beit Hanina (el barrio de la fallecida en Jerusalén este, de mayoría árabe), y dialogó con los dueños de la casa para asegurar el mantenimiento del orden", indicaron las autoridades.
En el lugar, poco después, se produjeron enfrentamientos entre los que protestaban y los policías y testigos dijeron que manifestantes tiraron piedras, obstaculizaron el tráfico y se enfrentaron a la policía en la ruta 20 que conecta Beit Hanina con el barrio judío cercano de Pisgat Zeev.
Hubo tres arrestados, dijo la policía.
En Haifa y Nazaret los manifestantes llamaron a la venganza por la muerte de la periodista, reportó la agencia rusa de noticias Sputnik.
En un primer momento, Israel sugirió que la periodista había muerto "probablemente" a causa de los disparos de combatientes palestinos, pero más tarde las autoridades israelíes indicaron que no podían descartar que la bala fuera lanzada por sus propios soldados.
La periodista, una cristiana de 51 años, llevaba un chaleco antibalas con el rótulo "Prensa" y un casco de reportera mientras cubría la operación.
La noticia de su muerte causó conmoción en los Territorios Palestinos y en el mundo árabe -donde sus reportajes eran muy seguidos desde hace más de dos décadas-, así como en Europa y en Estados Unidos.
Grupos de personas siguieron acudiendo al lugar de su muerte para depositar flores y varias manifestaciones espontáneas para protestar por su muerte surgieron en varios puntos de los Territorios Palestinos.
Shireen "era la hermana de todos los palestinos", dijo su hermano Antun Abu Akleh ayer, con la voz temblorosa. "Lo que ocurrió no puede ser silenciado. Gracias a Dios el pueblo palestino la apoyó a ella y a nosotros, no será olvidada", añadió.
El funeral se celebrará mañana en una iglesia de Jerusalén, la ciudad donde creció.
El Gobierno de Qatar, por su parte, dijo que "la ocupación debe rendir cuentas por este horrible crimen y llevar a los responsables ante la Justicia internacional".
Con información de Télam