El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió en la Asamblea General de las Naciones Unidas su forma de manejar la pandemia. En su discurso, Bolsonaro respaldó el uso de medicamentos no comprobados científicamente contra el COVID-19, apuntó contra las cuarentenas por el problema de la inflación y agrego que, en su gobierno, "no hay corrupción". Además aseguró que, cuando llegó al Gobierno en 2019, Brasil estaba "al borde del socialismo".
El mandatario de extrema derecha, por otro lado, invitó a los presidentes a que vean las políticas ambientales de su gestión en la selva amazónica. En medio de su discurso, Bolsonaro volvió a mostrarse antivacunas y aseguró que hay remedios preventivos contra el COVID -cuando no es así- y repudió a los "pasaportes de vacunas".
Por otro lado, en la ONU aseguró: "Vengo aquí para mostrar un Brasil diferente a lo que se publica en los periódicos o se ve en la televisión", disparó Bolsonaro. Asimismo, en medio de su larga exposición, dijo que su gestión apoya la vacunación contra el coronavirus COVID-19, aunque repudia su obligatoriedad. Además, defendió el uso de la "cloroquina" y agregó: "Desde el inicio de la pandemia, apoyamos la autonomía del médico para buscar tratamiento precoz, siguiendo la recomendación de nuestro Consejo Federal de Medicina. Yo mismo fui uno de los que se sometieron al tratamiento inicial. No entendemos por qué muchos países, junto con gran parte de los medios de comunicación, se opusieron al tratamiento inicial. La historia y la ciencia sabrán responsabilizar a todos".
El mandatario brasileño también indicó que el anterior gobierno "se acercó a países comunistas" y ahora hay otro Brasil. "Les presento ahora un nuevo Brasil con su credibilidad ya recuperada", dijo y enumeró programas de infraestructura de su Gobierno. Antes de que hablara el presidente Joe Biden, quien reclama mayor compromiso de Bolsonaro con el medio ambiente, el brasileño defendió sus políticas hacia la selva amazónica, de la cual Brasil posee el 60% de su territorio.
"Nuestra agricultura moderna y sostenible con bajas emisiones de carbono alimenta a más de 1.000 millones de personas en el mundo y utiliza solo el 8% del territorio nacional. Ningún país del mundo tiene una legislación medioambiental tan completa", afirmó. Luego de citar datos incompletos sobre la deforestación, defendió su propuesta de que reservas indígenas brasileñas puedan ser usadas para el agronegocio y la minería. "¿Qué país del mundo tiene una política de preservación ambiental como la nuestra? ¡Los invito a visitar nuestra Amazonía!", completó.